En su más reciente propuesta, la artista paceña busca entender la producción del capital global y los sistemas de explotación laboral.
Anahí Cazas / La Paz
¿Cómo pensar en lo visible y lo invisible del mar? es la propuesta de la más reciente exposición de arte contemporáneo de Carolina Araníbar Fernández. La muestra, bautizada como El Silencio del agua, se presenta hasta el 25 de agosto en una de las salas del Museo Nacional de Arte (calle Comercio esquina Socabaya).
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«Interesada en los tráficos marítimos, Carolina percibe cada trayecto naval como el traslado de mercancías producidas en un país para ser consumidas en otro; desde allí, revela las rutas del capitalismo global, explica Juan Fabbri, el curador de la exposición.
En su más reciente propuesta, Araníbar busca entender la producción del capital global, los sistemas de explotación laboral y la generación de la plusvalía transnacional. A través de instalaciones, videos y esculturas, la artista muestra que detrás de la apariencia blanca del azúcar existen trabajadores explotados, tráfico de mercancías, navíos y políticas económicas internacionales.
Después de pasar un tiempo por Nepal, Estados Unidos, Qatar y Brasil, Araníbar Fernández ha construido una posición crítica sobre lo global y el capitalismo en su fase más devastadora, por ello, es adecuado relacionar su trabajo con la frase popular que David Harvey recogió: «Sólo conecte. Conecte lo que está pasando aquí, que no es independiente de lo que está pasando allá.
Entonces, es justamente este mundo conectado el que, según Araníbar, permite repensar en los lugares locales como parte de un sistema que colabora a la reproducción del capital.
En la muestra, Araníbar Fernández centra su interés en la poética de las imágenes, las que son construidas con delicadeza y cuidado.
Según el curador de la muestra, un sincero interés por la forma la lleva a utilizar distintas estrategias artísticas, que le permiten desarrollar su propio lenguaje visual. «En su trabajo los contenidos se vuelven excusas para desarrollar su propuesta visual con versatilidad y creatividad, comenta Fabbri.
Araníbar Fernández nació en La Paz, en 1990. Estudió pintura y grabado en la Virginia Commonwealth University en Richmond, EEUU, con grado de maestría, y pintura en el instituto de arte de la ciudad de Kansas, EEUU, -con grado de licenciatura-.
Fue distinguida con la beca Artista en residencia de la Virginia Commonwealth University en el Estado de Qatar y con la beca del Vermont Studio Center, Vermont, EEUU. Ha expuesto en Nueva York, Richmond y Kansas, EEUU; en La Paz, Bolivia, y en la Trienal 2017 de Katmandú, Nepal.
La joven paceña se considera «una artista en constante búsqueda de oportunidades para expresar y crear su arte, en el que se destacan las instalaciones multimedia, las esculturas y las obras en tela.
Fuente: paginasiete.bo