Germán Busch: dónde nació, cómo murió


El historiador Robert Brockmann responde a la indignación de algunos parientes de Germán Busch por lo asentado en la biografía que publicó hace poco sobre el héroe del Chaco. ¿Fue beniano o cruceño? ¿Se suicidó o fue asesinado?.

Robert Brockmann Historiador



El sábado 15 de julio el diario El Deber publicó un artículo en el que cuatro descendientes del Dr. Pablo Busch Wiesener, el padre de Germán Busch, expresaron su indignación por la manera en que aquel y éste aparecen retratados y contra «algunos datos contenidos en mi biografía del presidente Busch, titulada Dos disparos al amanecer, Vida y muerte de Germán Busch (Plural, 2017).

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Dos disparos es la biografía, producto de más de cinco años de investigación, de un ser humano complejo y extraordinario viviendo en una época y unas circunstancias complejas y extraordinarias y quien fue el inspirador de quienes concibieron a la Bolivia moderna. 

En todos mis libros incluyo todas las versiones sustentadas sobre los hechos que tienen más de una, y éste no es la excepción. En él están incluidas las dos versiones acerca del lugar de nacimiento de Germán Busch y allí explico con más detalle por qué es más creíble en mi análisis el nacimiento beniano (páginas 25-29). 

Éste tiene más asidero porque: 1) proviene de Raquel Becerra, la madre de Germán y porque asumo que nadie sabe mejor que una madre dónde parió a sus hijos; 2) Raquel, además, crió a Germán después de que su esposo, el Dr. Pablo Busch, abandonó a su familia el mismo año del nacimiento. Esa no es una opinión, sino un dato. La versión de Raquel, con testimonios juramentados, fue recogida por dos generaciones de historiadores benianos: Rógers Becerra y Arnaldo Lijerón.

Creo menos en la versión del testamento de Pablo Busch -quien sostiene que Germán nació en San Javier de Chiquitos- no porque crea que el médico mintiera, sino porque, con una flecha clavada en el vientre y al borde de la muerte, dictó su testamento in extremis y por ende es probable que no las tuviera todas consigo. 

En cualquier caso, es un dilema. No soy cruceño ni beniano. Nada sería más ajeno a mi ser que tener motivos para favorecer al Beni o perjudicar a Santa Cruz o a ningún departamento, provincia, cantón o barrio. Pero en mi ponderación no podía pesar el significado de ser la cuna de Busch, por sensible que fuere. Germán Busch fue grande y benefició a Santa Cruz independientemente de dónde naciera. Y no ayuda a la causa de ninguno de ambos departamentos que él mismo fuera ambiguo: se declaraba cruceño o beniano según sus interlocutores. Y aunque sospecho que se sabía beniano, creo que hubiera querido también ser cruceño -y para colmo fundó Pando-. Era El Camba, y punto.

Como fuere, los libros de historia deben considerarse y son partes de una obra en construcción, mientras haya nueva documentación que descubrir.


Suicidio, no asesinato

Los descendientes de Pablo Busch (que no los de Germán) desestiman la versión del suicidio y favorecen la teoría del magnicidio. Mi libro reconstruye la versión del suicidio, pero además le provee antecedentes que la hacen, si no indudable, al menos sólida. 

No los voy a repetir porque necesitarían varias páginas, y además también es buen motivo para que mi libro, y otros sobre el tema, tengan más lectores críticos y ojalá, nuevos historiadores, dispuestos a buscar la verdad. El suicidio acosó a Germán Busch desde al menos sus 20 años y no sólo en su último acto. 

La minuciosa investigación policial in situ, que demuestra el suicidio es desechada con ligereza. En Bolivia, donde es imposible guardar un secreto, no sería factible construir y mantener una mentira tan elaborada por casi ocho décadas. ¿Pero Pablo supo, a miles de kilómetros de distancia, que los Carmona habían asesinado a Germán? ¿Cómo lo supo? 

Y así de deleznables son las al menos seis teorías de asesinato y sus muchas combinaciones posibles, con sus respectivos supuestos testigos (que no estuvieron en la escena del crimen, según las actas policiales). El aludido rol del mayordomo Medina es tenue en el mejor de los casos y está detallado en mi libro. También se pasa por alto la declaración del propio Gustavo Busch (hermano) a la justicia, que describe la intervención de Pablo Busch al disuadir a Germán en un anterior intento de suicidio (p. 310).

A pesar de no haber producido pruebas en los 78 años transcurridos desde la muerte de Germán Busch, la teoría del magnicidio sigue teniendo adeptos. El origen de esa hipótesis también figura, con detalle, en el libro. Pero la falta de pruebas no puede ser prueba de que hubo conspiración.


Pablo Busch

Por último, Pablo Busch es retratado como explorador, emprendedor, filántropo, como un ser de una energía y una vitalidad extraordinarias, una persona pública interesantísima y dinámica. En lo que a Germán Busch y a Raquel Becerra se refiere, su papel familiar, de acuerdo a mi investigación, fue más bien pobre. Pero eso ya es meterse en el alma, las motivaciones y hasta los recuerdos más privados de las familias, allí donde la historia podría correr el riesgo de confundirse con los amores y los odios.

Fuente: paginasiete.bo