Los de Zidane dejan casi sentenciada la Supercopa de España tras un primer ‘clásico’ vibrante.
Para entonces ya se habían jugado los primeros 45 minutos, que terminaron con tablas sin goles, pero con un Barcelona muy entonado, apretando al Real Madrid.
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Poco duró la alegría al Barcelona. Cristiano Ronaldo, que salió para jugar los últimos 35 minutos del partido, aprovechó un buen contragolpe de su equipo para, tras encarar a Piqué, clavar un derechazo formidable en la escuadra izquierda de Ter Stegen.
Su gran error: celebrar el tanto como a él le gusta, quitándose la camiseta para que todo el mundo vea (otra vez) sus músculos. El árbitro, aplicando el reglamento, le sacó amarilla.Poco después, en otro balón largo, Ronaldo se plantó en la frontal del área y, tras notar el contacto de Umtiti, se dejó caer. El colegiado interpretó que esta vez no había penalti y sí teatro por parte del portugués, así que le sacó la segunda amarilla. Roja para Ronaldo, que se marchó del terreno de juego no sin antes hacer la tontería de empujar al árbitro, algo que le puede costar una sanción más grave.
Con diez jugadores, el Barça no aprovechó la ocasión y dejó espacios en su zaga. Algo que el Madrid, experto en jugar con espacios, convirtió en oro. Gracias al talento de su joven estrella emergente, Asensio, cuyo futuro es ya presente.Lucas Vázquez le dio el balón para que, a imitación de Cristiano Ronaldo pero en la otra escuadra, dejara mudo al Camp Nou con un tanto de categoría.
Fuente: huffingtonpost.es