La independencia del Órgano Judicial respecto al Ejecutivo es uno de los retos planteados y aún no consolidados en la democracia boliviana, según analistas y asambleístas.
Justicia, la mayor deuda en 35 años de democracia
Una multitud aclamó al presidente electo Siles en San Francisco. Fotos: Hemeroteca de Presencia«El gobierno que inauguramos será para todos los bolivianos; para el pueblo que ha realizado la hazaña sin par de la transición pacífica de la dictadura a la democracia”. Era el viernes 8 de octubre de 1982; el lugar, la plaza San Francisco y el orador, Hernán Siles Zuazo, presidente electo que sería posesionado dos días después. Así se inició un periodo democrático que mañana cumple 35 años en Bolivia y aún tiene tareas pendientes.La independencia del Poder Judicial es uno de los retos planteados y aún no consolidados en la democracia boliviana, de acuerdo con analistas y asambleístas consultados por Página Siete. Citan también como tareas pendientes el respeto a los derechos humanos y a los derechos constitucionales.Eran días de esperanzaAunque hubo lluvia y granizo, el 8 de octubre del 82 fue día de fiesta por la llegada de Siles tras dos años de exilio en Venezuela. «Una multitud entusiasta, en la que abundaban mineros y campesinos, se concentró en el aeropuerto o a lo largo de la autopista para dar la bienvenida a quien se convertirá en el presidente constitucional de Bolivia el domingo, cerrando así aparentemente un ciclo de golpes y contragolpes militares que ha durado 18 años”, relataba la crónica del periódico Presencia.El reporte añadía: «El líder de la coalición de izquierdas Unidad Democrática y Popular (UDP), cuya victoria en las elecciones generales de 1980 fue frustrada por el cruento golpe de Estado encabezado por el general García Meza, descendió del avión especial de la Fuerza Aérea Boliviana, sonriente y emocionado. Siles Zuazo pasó revista a una escuadrilla de honores y besó la tricolor antes de abordar un automóvil blindado, entre el júbilo de sus seguidores”.»Eran días de esperanza, de alegría”, recuerda Amparo Carvajal, actual presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos en Bolivia. Hace 35 años era directora de un colegio católico y activista política. «Había muchas lecciones que aprender; la primera, comprender que la democracia es más que el voto”, evalúa hoy.»La democracia es el respeto al otro, a su derecho de pensar diferente. Es el respeto a la justicia, a la independencia de los poderes del Estado y sobre todo a los derechos humanos. Esas son las tareas que aún no se han consolidado cuando, por ejemplo, un gobierno cree que es mejor construir palacios que hospitales”, argumenta.Independencia de poderesCuando asumió la presidencia, el 10 de octubre hace 35 años, Siles Zuazo pidió ayuda al pueblo para construir «una democracia que sea viable, para que nunca más vuelvan los gobiernos de facto, para que nunca más la prepotencia de las armas sea fratricida”. Hizo también una promesa que no pudo cumplir y, a la postre, le costó el cargo: «En 100 días, la economía comenzará a recuperarse”, dijo.La democracia «viable” que proponía el presidente Siles aún tiene tareas pendientes, opina el rector de la UMSA Waldo Albarracín. «En 35 años ningún gobierno ha tenido el desprendimiento democrático para consolidar la autonomía del Órgano judicial. La Constitución Política establece la independencia de poderes; los gobernantes del Órgano Ejecutivo deben dejar de cooptar el Judicial en miras a un poder absoluto que no es democrático”, sostiene.La debilidad del Poder Judicial repercute en la institucionalidad estatal e incrementa la corrupción. «Si los administradores de justicia fueran éticos e idóneos no aceptarían las presiones políticas”, opina Albarracín y recalca que el Estado democrático tampoco ha podido combatir la burocracia «que manda y que es otra forma de extorsionar a ciudadano”.Hay otra constante que no cambia, lamenta el rector: la forma de hacer política. «En éste y otros gobiernos prevalece el prebendalismo, la intolerancia de oficialismo y oposición que va a contrarruta de la democracia”. El ex-Defensor lamenta también los hechos de represión que atentan contra los DDHH.Para el analista Ludwig Valverde Botello, presidente del Colegio Departamental de Politólogos de La Paz, encabeza la lista de tareas pendientes el «Profundizar el sistema de equilibrios (check and balance) de los órganos de poder, asegurando su independencia y preservando su institucionalidad”.»Si los órganos de poder se concentran no existiría control, verificación o fiscalización, por lo que el sistema en su conjunto se expondría y arriesgaría en su funcionamiento. El respeto a la independencia de los órganos de poder es una tentación de control absoluto y discrecional de las decisiones de gobierno y eso es propio de otras formas de gobierno, no de la democracia”, sostiene el politólogo.Oposición alerta sobre riesgoA la hora del balance, asambleístas de partidos opositoras coinciden en alertar sobre el riesgo que corre la democracia con los intentos de reelección de los actuales mandatarios pese a los resultados del referendo del 21F.»Hay una debilidad de la institucionalidad democrática, que se traduce en un control de todos los poderes por el Ejecutivo. El Órgano Judicial está copado por el partido de Gobierno y es instrumentalizado. No podemos hablar de democracia cuando hay un tribunal que ha vulnerado la CPE atribuyéndose competencia que no tiene para anular el voto ciudadano”, opina la diputada Lourdes Millares, de Unidad Demócrata (UD).Coincide su colega Fernanda San Martín: «La democracia no es simplemente el voto, implica el respeto al ejercicio de las instituciones y poderes públicos. Estos últimos 10 años del MAS han dejado tareas pendientes: como el respeto y protección a DDHH y derechos constitucionales que deberían existir sin discriminación de orientación política o ideología”.»Se precisa una justicia independiente en la que no haya lineamientos impuestos por el Poder Ejecutivo, por el Gobierno de turno, pues ello da garantía de respeto de derechos”, recalca la asampleísta de UD. «Es importante reflexionar que la democracia no es un fin, es un camino que uno conquista cada día y que cada acción que emana de ciudadanos u órganos la fortalece o debilita. La nueva batalla para el pueblo boliviano será defender la democracia que ha costado sangre y luto”, puntualiza.MAS: Hay avances significativosConsolidar la democracia participativa en función de la Constitución Política del Estado, que haya mayor ejercicio del ciudadano en el ejercicio de sus derechos y en la estructuración de los órganos del Estado; esas son las tareas pendientes en 35 años de democracia, en opinión del diputado oficialista Víctor Borda. Resalta sin embargo que en la última década «ha habido avances significativos en educación y salud”.El asambleísta del MAS coincide en la necesidad de reforzar la independencia del Órgano Judicial: «Ese es el sentimiento y el espíritu de la Constitución al establecer que la justicia debe devenir de la voluntad del pueblo boliviano materializado mediante las urnas. Esperamos que en esta nueva elección sí se pueda establecer no una absoluta independencia sino interdependencia como establece la Constitución”, asegura Borda.Punto de VistaLudwig Valverde, pdte. Colegio de Politólogos La Paz Diez temas pendientes En mi criterio, hay una larga agenda de tareas y temas pendientes; sin embargo, priorizaría las siguientes 10:1 Profundización del sistema de equilibrios (check and balance) de los órganos de poder, asegurando su independencia y preservando su institucionalidad.La construcción de instituciones en democracia tiene como desafío generar un mecanismo que evite la concentración del poder. Esta característica que entraña la democracia evita formas totalitarias en la administración del Gobierno y genera un sistema de contrapesos (check and balance) que hace que los órganos de poder existentes verifiquen la eficiencia, la legalidad y la eficacia de las instituciones democráticas.Si los órganos de poder se concentran no existiría control, verificación o fiscalización, por lo que el sistema en su conjunto se expondría y arriesgaría en su funcionamiento. El respeto a la independencia de los órganos de poder es una tentación de control absoluto y discrecional de las decisiones de gobierno y eso es propio de otras formas de gobierno, no de la democracia.2. Disminución del «hiperpresidencialismo” e incremento del «parlamentarismo”.La organización del Gobierno en Bolivia tiene un diseño de «presidencialismo híbrido” que en los últimos años ha enfatizado y exacerbado el presidencialismo en detrimento de la representación parlamentaria, en cuya instancia la calidad del ejercicio de sus funciones ha disminuido notablemente.Prácticamente el debate parlamentario es inexistente a causa de la aplicación de una mayoría que no escatima esfuerzos de aplicar su peso, incluso marginalizando opciones alternativas. Siendo el Parlamento la institución de la representación de la pluralidad social existente.La figura del Presidente, incluso invadiendo competencias de alcaldes y gobernadores departamentales, hipercentraliza decisiones, en detrimento del ejercicio de gobierno de esas autoridades locales.3. Construcción de un sistema autonómico pleno y eficaz.Una tarea ineludible de la democracia y el Estado boliviano como tal es construir una relación próxima entre Estado y sociedad. Esta es la tarea de las autonomías y una característica del Estado Plurinacional de Bolivia. Ahora con muy poco impulso por los criterios precedentemente señalados.4. Participación ciudadana responsable y efectiva.5. Formación de nuevos liderazgos.6. Construcción de mecanismos de concertación efectivos y reales entre sociedad civil y Gobierno.7. Uso inteligente de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) para el Gobierno abierto y la democracia digital.8. Servicio diplomático especializado.9. Consolidación de las aspiraciones democráticas con el desarrollo integral del país.10. Servicio público activo, eficiente, capaz e incorruptible.
Página Siete / Liliana Carrillo V. / La Paz