Despiden a las almas con mesas que pueden costar hasta 3.500 dólares

En Cochabamba los dolientes despidieron a las almas con rezos, cánticos, comida, escenificaciones de su retorno al cielo y con mesas que pueden llegar a costar alrededor de 3.500 dólares.

Según la tradición, se cree que las almas bajan del cielo para visitar a sus familiares por un día, quienes las reciben con “mast’akus” o mesas llenas de t’antawawas, dulces, la bebida y comida que más le gustaba al difunto. Al mediodía del 2 de noviembre, los dolientes desarman las tumbas o mesas para despachar a las almas en medio de ritos.



La Maica

En el sector de la Maica, la familia Salvatierra invirtió por los menos 3.500 dólares en el armado de una inmensa mesa para el alma de Julia Vargas, la matriarca de la casa, quien falleció hace tres meses. Al promediar el mediodía del 2 de noviembre, amigos y familiares desarmaron la mesa a la espera del alma de la difunta, que haría su aparición.

Vestida con una túnica negra, su mejor pollera, su sombrero de copa ancha y un látigo en mano, apareció la representación del alma de Julia, que llamaba efusivamente en el idioma quechua a su pareja Félix Salvatierra y a sus seis hijos, además de sus nietos.

Al momento de encontrarse con su esposo, lo abrazó y después le hacerle algunos reproches, le recomendó, previo latigazo, que no vuelva a rehacer su vida matrimonial. Después fue en busca de sus hijos y sus nietos, a los que también les dio un golpe con el látigo, recomendándoles que no vayan por mal camino y que no se olviden de ella y sus enseñanzas. Tal como en vida, también cruzó palabras con sus vecinas y hasta sus comadres, a quienes les aseguró que pronto las volverá a ver.

Casi a punto de retornar al cielo, Julia no reparó en entregar dinero a su pareja para que apoye económicamente a sus nietos e hijos.

Como dicta la tradición, se sirve una última tutuma de chicha y huye antes de que los vecinos y familiares la golpeen con palmas que fueron sacadas del mast’aku.

K’ara K’ara

En el cementerio de K’ara K’ara, tal como si no existieran prohibiciones, los dolientes armaron mesas, contrataron bandas, mariachis o grupos autóctonos para despedir a las almas. La mayor parte de los difuntos son de Toro Toro, Potosí, para quienes armaron mast’akus en el piso. Florencio Rachi armó una mesa de cuatrp pisos, llena de frutas y t’antawawas, además resaltaban pollos cocidos que colgaban a los laterales, también cabezas de cabras colocadas en cada piso. La inversión fue de más de 3.500 bolivianos, pero el dinero es lo que menos cuenta, dijo, porque la tradición se impone a lo material.

El panorama fue diferente en el Cementerio General, donde cordones de seguridad impidieron el ingreso de comida, bebidas y músicos dentro el camposanto. Algunos llegaron hasta las almas olvidadas para ponerles flores y elevar una oración.

 

CEMENTERIO CERCA DE UN RELLENO SANITARIO

Está en Colcapirhua

En el sector de Esquilan, el cementerio agrario colinda con el relleno sanitario de Quillacollo, no existen paredes ni rejas que los separen. Los dolientes, a pesar del mal olor de la basura en descomposición, armaron los tradicionales mast’akus de Todos Santos.

Artistas en Todos Santos

Los cementerios se llenaron de comerciantes, pero también de artistas callejeros que compartieron su talento. Es el caso de Marco Antoriano, que canta junto a su esposa. Ambos tienen discapacidad visual, aseguró que ganan por lo menos 120 bolivianos al día. Algunos niños de áreas rurales bailaron al son de ritmos andinos, mientras que otros rezaron por algo de dinero, que permitiría ayudar a sus familias.

 

SEGURIDAD Y CONTROL EN LAS CALLES Y CEMENTERIOS

Al menos 450 efectivos policiales brindaron seguridad en la festividad de Todos Santos.

El comandante departamental de la Policía, Ronald Sánchez, aseguró que los patrullajes se desarrollaron por turnos, en cementerios y calles. A diferencia de otras gestiones, señaló Sánchez, no se presentaron casos de relevancia, pero recomendó a la población no injerir bebidas alcohólicas y mucho menos conducir en estado de ebriedad. Se dispuso cuatro puntos móviles en carreteras para el control de vehículos que realizan viajes interprovinciales e interdepartamentales.

La Defensoría de la Niñez y Adolescencia del municipio de Cercado, entregó 5 mil manillas a los niños que acudieron con sus padres al Cementerio, esto para evitar que se extravíen. Mientras que la Intendencia coadyuvó en el control del ingreso de bebidas alcohólicas.

 

LOS DOLIENTES DENUNCIAN DESCUIDO EN EL CEMENTERIO

Los familiares de los difuntos que fueron enterrados en la parte de atrás del Cementerio General se encuentran preocupados debido a que, hace un par de años, la Administración del camposanto quiso sacarlos del lugar para construir mausoleos familiares.

En Todos Santos, llegaron hasta el cementerio y denunciaron que cada vez hay más nichos destrozados, probablemente son de difuntos cuyos familiares no los visitan por algún tiempo. “Siempre hay nichos removidos, destrozados y tampoco hay limpieza. Reclamamos y nos dicen que nosotros debemos limpiar, señaló uno de los dolientes, Julio Meneses.

Son por lo menos 200 nichos de niños y adultos que se encuentran en este sector, los dolientes aún no saben qué pasará con este lugar debido a que deben renovar la permanencia de sus difuntos cada cinco años.

Algunos de ellos aseguran que cada vez les es más difícil hacer el trámite porque les ponen excusas, pero deben probar suerte para evitar que su seres queridos sean trasladados a un lugar incierto, mientras ellos no estén en el camposanto.

Fuente: lostiempos.com