El aparato estatal sí funciona




Los hechos de corrupción están dejando de causar espanto en el país, pues la frecuencia con la que ocurren, los millones que involucran y los delitos que están en juego son como para amansar al más chúcaro. Lo que comienza a asustar es la inmensa maquinaria de encubrimiento que funciona en el Gobierno, capaz de proteger a un tipo como Juan Pari, a un acusado de violación como el hijo de la directora nacional de Migraciones o a los numerosos narcos que han salido libres a través de sospechosos procedimientos y polémicas decisiones de jueces y fiscales. En el caso del Banco Unión ya suman 25 los detenidos, pese a que un exministro dijo que se trataba de una insignificancia, de un “michi-robo”, una “bicoca plurinacional” diríamos en estos tiempos de cambios y revoluciones. Si para un asunto menor ha funcionado un aparato de encubrimiento tan grande, no queremos imaginar lo que sucedió con el Fondo Indígena, por ejemplo, donde se manejaron más de 600 millones de dólares que no se sabe bien dónde están. ¿O es que tenían razón los que decían que dos ministras y unos cuantos dirigentes tras las rejas sí que son una minucia?

Fuente: eldia.com.bo