Los Martínez con el objetivo en Córdoba

Cuadras. Leonardo y Suany quieren terminar juntos la prueba más extrema del planeta. Este año no pudieron concluir. Llegan con más kilómetros y experiencia.



Ref. Fotografia: Unidos. Sueñan con cruzar juntos la meta. Saben que no será fácil y para ello entrenaron de manera exigente.

La familia Martínez volverá a competir en la prueba más extrema del planeta y en esta versión pretenden finalizar juntos; Leonardo y Suany, padre e hija, no “colgaron las máquinas” y retomaron el objetivo del 2017, terminar el rally Dakar. En la última edición abandonaron la carrera –ambos en la etapa 2 por problemas mecánicos– pero ahora tienen la mira en Córdoba, lugar donde se llevará adelante la última etapa el sábado 20 de enero. «Llegamos con más experiencia», fueron las palabras de Leo, que sumará su cuarta competición en la Odisea. 



El patriarca quiere emparejar las estadísticas. Los números están en contra de Leo, ya que de sus tres participaciones solo una vez pudo completar la carrera; en su debut en 2013 tuvo que despedirse en la tercera etapa. Descansó tres años y volvió en 2016, en esa edición regresó con todo y se apoderó del título en la categoría 4×4 con un tiempo de 70 horas, 43 minutos y 28 segundos. Este año no le fue tan bien, abandonó el Dakar en la segunda etapa por problemas mecánicos. «El recorrido está excelente. Prefiero que empiece por lugares bien duros. Deberemos afrontar las dunas de Perú, pero Bolivia – en el caso de que el clima permita correr- será muy difícil. Los que logren superarlo tendrán superficies más variadas en Argentina. Este año, como preparación, corrimos el Desafío Ruta 40 y el Desafío Inka, este último con mejores resultados», señaló Leo. Acerca de la máquina, el piloto comentó: «Voy al Dakar con un Renegade en el que hemos efectuado mejoras en la transmisión y en la caja de cambios para tener un buen rendimiento y para que el motor no esté tan exigido». 

Como no puede dejar de lado su labor de padre, este año volverá a ser el mochilero de su hija. “Tenía el deseo de que Suany pudiera completar el Dakar, pero todo fue complicado desde el inicio. Espero que este año pueda terminar y lograr una buena ubicación. Voy a ser nuevamente su mochilero», finalizó el competidor. 

Nadie la mueve de ese sitial Suany se convirtió en la primera boliviana en correr un Dakar y esta temporada seguirá siendo la única. Llega con más experiencia y kilómetros en la máquina. “El Dakar me pareció una gran experiencia. Pese a que corrí dos etapas, siento que aprendí mucho. En la primera etapa se rompió el aro de motor y perdí 3 horas. El camino estaba embarrado y destrozado en Paraguay. La gente me ayudaba. Yo me bajaba del cuatriciclo, compraba agua y así lavaba como podía el radiador y el motor, tratando de seguir. En la segunda etapa venía con las bujías mojadas, me quedé muy atrás y decidí subirme al camión de barrido. Mi papá salió a buscarme y allí se terminó nuestra carrera”, dijo Suany, con la promesa de cambiar esta historia. «He perdido para siempre el miedo a la altura y que puedo enfrentar cualquier cosa, cualquier dificultad. Me estoy preparando practicando enduro y con una intensa rutina de gimnasio», finalizó la corredora.

2 de enero
Viajarán rumbo a Perú. Su equipo de asistencia lo hará el 30 de diciembre.

José Carlos Acosta [email protected]

Fuente: eldia.com.bo