Cómo un pequeño grupo de agricultores impulsó la protesta más masiva de la última década en Uruguay

Los productores autoconvocados esperaban reunir a unos cientos pero sumaron decenas de miles en un acto lejos de Montevideo. En 13 años de gobierno, el Frente Amplio no había sufrido una concentración opositora de tal magnitud

Agricultores, comerciantes y contratistas se manifestaron en Durazno, a casi 200 kilómetros de Montevideo (AFP)

Agricultores, comerciantes y contratistas se manifestaron en Durazno, a casi 200 kilómetros de Montevideo (AFP)

«Prendimos una llama y el fuego se extendió por todo el país«, exclamó Federico Holzmann el martes, a casi 200 kilómetros de la capital y bajo un sol abrasador, frente a miles de productores agrícolas uruguayos que aglutinaron una serie de reclamos al gobierno de Tabaré Vásquez, a solo 15 días de la primera reunión de delegados autoconvocados del sector.



El primer movimiento masivo que reclama contra la gestión financiera del Frente Amplio, gobernante desde el 2005, tiene claramente expresados sus pedidos: regular el atraso cambiario del dólar (que perjudica a los exportadores), reducir las tarifas de los servicios y el precio del combustible, así como el endeudamiento del estado y el déficit del gasto público. Sobre éste último punto, la proclama del martes se cuidó de no apuntar contra las políticas sociales, sino buscar una mayor austeridad en las dependencias gubernamentales.

«Esta es una historia de solo 15 días, no imaginábamos para nada esta convocatoria. La idea era juntar apenas unos productores«, admitió a Infobae Marcelo Nougué, uno de los organizadores del acto y ahora convertido en vocero de la agrupación. El 8 de enero se convocó inicialmente a decenas de delegados para una primera reunión en este contexto de reclamos y llegaron 400 representantes de 11 departamentos uruguayos.

La recepción de 300 adhesiones de distinta índole para el evento refleja «una problemática subyacente que emerge ahora«, explicó Nougué, lo que permitió «un crecimiento con una dinámica enorme». Según apuntó el ingeniero agrónomo, hay una problemática transversal que surgió a partir de los aumentos de las tarifas y la falta de diálogo entre el gobierno y las organizaciones gremiales para atender sus demandas.

Por su parte, Alejandro Bzurovski, presidente de la Unión de Exportadores, resaltó a Infobae que en Uruguay hay un problema de las condiciones de producción. «Uruguay viene creciendo desde el 2004, pero ese crecimiento estuvo acompañado de pérdida de competitividad, en cada balance. Hace 15 años que venimos hablando del tema», resaltó.

Bzurovski subrayó que la economía uruguaya está basada en el campo y la agroindustria, por lo que sus reclamos tienen una importancia relevante y «no hay duda que a nivel político tiene un peso mayúsculo«. Según agregó, el atraso cambiario obliga a los productores a ajustar los costos, mientras las tarifas y los salarios de los empleados «suben por encima de la inflación». Según datos del 2017 del FMI, el atraso del dólar respecto al peso uruguayo ronda el 14%.

El aumento de tarifas y el precio del combustible desató el enojo de los sectores agroindustriales (AFP)

El aumento de tarifas y el precio del combustible desató el enojo de los sectores agroindustriales (AFP)

El movimiento, tras entregar este viernes un documento al presidente, realizará una vigilia la próxima semana junto a las rutas a la espera de recibir una respuesta adecuada de Vásquez, quien ya comenzó a hacer eco de los pedidos, al anunciar la pronta implementación de «medidas concretas» y el llamado a reunión a los representantes de las cámaras sectoriales.

«No es una pulseada, es un llamado al diálogo«, aclaró a Infobae en ese sentido Eduardo Blasina, uno de los tres oradores del acto del martes. Para el agrónomo, director de la consultora Blasina y Asociados, que hace unos días emitió un duro estudio sobre la situación del campo, la intención es «generar una advertencia de no prolongar una politica de valorización excesiva (de la moneda) que daña la es exportación provocando crisis cíclcicas. Desconocer la importancia del reclamo sería un error«. En su mensaje sobre el estrado, envió una señal de alerta: «Si el agro cae, poco tiempo después todo se cae«.

Blasina también explicó a qué se refirió en su discurso cuando denunció la existencia de prejuicios en Uruguay contra representantes del campo, defendiendo su derecho a manifestarte. «El agro siempre fue ninguneado con una visión caricaturezca del terrateniente rico que protesta de una camioneta 4×4, lo que no le daría derecho a protestar. En un país tan pequeño, con pocos kilómetros de distancia, había muchos prejuicios, de ambos lados. Todos incurrimos en simplificaciones, pero hay una deuda. Son ciudadanos con los mismos derechos a protestar«.

La fila de ingreso al acto ocupó varios kilómetros de ruta (AFP)

La fila de ingreso al acto ocupó varios kilómetros de ruta (AFP)

En cuanto a los reclamos, Blasina consideró necesario que el Estado haga «un esfuerzo de austeridad visible y tangible», ya que apuntó que el trabajador uruguayo ha sido obligado a bajar sus gastos, «pero no hay una contrapartida y se creó una situación de indignación y enojo«.

Aunque desde el oficialismo acusaron que los discursos «estuvieron cargados de odio», como dijo la senadora Constanza Moreira, Blasina argumentó que el reclamo no es solo contra el Frente Amplio, ya que se han registrado gastos excesivos en intendencias que no está bajo el ala del partido del gobierno, y «hay más funcionarios de los que requiere el trabajo».

El futuro del movimiento

Bzurovski analizó que «el gobierno prestará más atención» a estos reclamos. Y es que la magnitud de la marcha no tiene precedentes bajo el gobierno del Frente Amplio, solo comparable con la convocatoria de actos de organismos sociales o Ni Una Menos, que no son propiamente contra el partido gobernante. Sin embargo, también desestimó en parte a los autoconvocados, ya que el diálogo sería con las cámaras y gremios. Al respecto, el vocero Nougué indicó que uno de los principales desafío será «mantener a la gente activa en los distintos puntos del país» y sumar (o conservar) las adhesiones de las gremiales, con las que «hay grandes puntos de coincidencia», pero admitió que el diálogo correrá probablemente a través de los representantes establecidos, aunque se mantendrán vigilantes para ningún sector quede sin representación en la mesa.

«La idea es que la organización se mantenga como está. El país ya tiene una institucionalidad bastante grande, cámaras de todos los sectores, por lo que formalizar (el movimiento) no tiene sentido«, explicó.

Los reclamos también recibieron criticas de algunos sectores. Según declaró a EFE César Rodríguez, presidente de la Unión Nacional de Trabajadores Asalariados, a concentración «no beneficia a los pequeños productores ni a los peones, hay otros intereses de por medio». Nougué, por su parte, rechazó las versiones que aseguran que hay presencia de sectores políticos: «La magnitud y la trascendencia del acto del martes habla por sí sola. Tanta gente no la pueden convocar con operadores».

Este viernes, finalmente, el presidente Vázquez recibió a un grupo de los autoconvocados y prometió «estudiar uno por uno» sus reclamos. «Esto fue un golazo para nosotros», dijo a la salida del encuentro Guillermo Franchi, otro de los referentes del reclamo, que anunció que el grupo mantendrá una vigilia en las rutas el 31 de enero y el 1° de febrero a la espera de una respuesta concreta a sus demandas.

Fuente: infobae.com