El Departamento de Defensa norteamericano está «revisando» la situación, según ha informado France Presse. Un portavoz del Mando Central norteamericano ha informado de igual modo que se está analizando la información difundida.
El mapa, iluminado con luz amarilla en las zonas con usuarios activos, fue divulgado en noviembre de 2017, pero no fue hasta este sábado cuando Strava contextualizó la información: registra 1.000 millones de actividades y tres billones de puntos GPS a lo largo de dos años. El nivel de detalle es implacable. En zonas como Estados Unidos o Europa, donde se encuentran la mayoría de los 27 millones de personas que tienen una pulsera Fitbit o similar, hay amplias zonas iluminadas. Pero en otras partes, como Irak, Siria o regiones de conflicto en África, hay solo pequeñas manchas.
El analista de conflictos Nathan Ruser, citado por The Washington Post, ha dedicado un hilo de su perfil de Twitter a marcar algunas de las posibles rutas de ejercicio en Siria y Afganistán de personal ruso, estadounidense e incluso turco.
Un leve “zoom” en el mapa permite observar recorridos enteros con nitidez. Muchos se encuentran en los aledaños de conocidas bases militares estadounidenses, como Kandahar (Afganistán), y reflejan los trayectos de soldados cuando salen a correr o incluso patrullan en las inmediaciones. Pero otros puntos de luz, también rodeando misteriosas pistas para aviones, ponen en evidencia la ubicación de bases secretas. Dado que la mayoría de usuarios de estos productos son occidentales, algunos expertos también han señalado en las redes sociales que, en otros casos, los puntos también reflejan la actividad de empleados de ONGs y otro tipo de organizaciones.
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En la costa de Somalia, un país en conflicto desde hace más de 25 años, pequeñas rayas amarillas muestran actividad a lo largo de la costa. Un periodista experto en terrorismo informó en Twitter que pequeñas iluminaciones en el mapa muestran la localización de bases de los equipos de operaciones especiales en el Sahel.
El Ejército todavía no se ha pronunciado al respecto pero en el pasado el Departamento de Defensa ha incentivado el uso de estos accesorios para incentivar el ejercicio en las bases. En 2013, según The Washington Post, el Pentágono distribuyó hasta 2.500 de estas pulseras como parte de un proyecto para combatir la obesidad. En un comunicado al Post, un alto cargo de las fuerzas de seguridad afirmó que el Ejército está investigando si en efecto el mapa publicado supone riesgos para las tropas y revela secretos.Fuente: elpais.com