Cheick Ahmed al-Hassan Sanou tiene 25 años y un físico privilegiado que le permite soñar con ser el mejor pero que lo hizo sufrir durante toda su infancia
Iron Biby tiene 25 años y se entrena para ser el hombre más poderoso del mundo, pero dentro de él aún vive Cheick Ahmed al-Hassan Sanou, un pequeño que nació en Burkina Faso, sufrió sobrepeso y padeció las burlas de sus compañeros de escuela durante su infancia y pubertad.
«Cada vez que corría y mi cuerpo se tambaleaba, los chicos en la escuela se reían mucho y me señalaban llamándome ‘niño gordo’. Era como un entretenimiento para ellos», recordó en diálogo con el sitio de la BBC.
Claro, su cuerpo no estaba adecuado para hacer deporte. De bebé pesaba 5 kilos y tenía problemas para respirar. Mientras que a los 9 años las bromas sobre su físico ya eran parte de su vida.
«Me odiaba por ser quien era. Era el menor de la clase pero me veía cuatro años mayor que todos los demás, incluyendo a mis hermanos mayores»
A los 16 años pesaba 122 kilos y medía 1,90 metros. Pero aún desconocía su fuerza, hasta que se hartó del bullying y se enfrentó a uno de sus bravucones.
«Estaba frustrado. Le dije ‘déjame en paz’ y lo empujé, pero el voló por el salón. Él estaba en shock. Yo también, pero ese día supe que tenía algo de poder, él nunca volvió a molestarme«.
Fue así que en 2007 le pidió a su hermano que le compre una máquina para adelgazar que había visto en una revista. Ante la imposibilidad de que eso sucediese optó por algo más sencillo.
«Intenté comiendo lechuga y banana y esas cosas, pero no funcionó, así que seguí comiendo la comida normal burkinés: arroz, sopa de mantequilla de maní y muchos carbohidratos. Eso era lo que todos los demás comían, pero no estaban gordos».
A los 17 años viajó desde Burkina Faso hacia Canadá para terminar el secundario. Allí se anotó en un gimnasio y comenzó a trabajar para mejorar su cuerpo. Desde entonces nunca se detuvo.
Primero fue seleccionado para el equipo de baloncesto de la escuela y su fuerza ya le permitía ganarse más amigos de los que la obesidad le impedía. Fue entonces que comprendió que su facilidad para mover objetos pesados no era común a su edad.
«Me di cuenta de que a mucha gente le costaba trabajo levantar pesas grandes, pero para mi era relativamente fácil»
En 2013 comenzó a competir en torneos de levantamiento de pesas y fue creciendo en popularidad a medida que los trofeos se amontonaban. Pero para que su fama siguiese aumentando debía adoptar un apodo.
«Mis hermanos me llamaban Biby y ese nombre siguió conmigo, pero cuando comencé a ser conocido por el levantamiento de pesas, me convertí en Iron Biby».
Actualmente, se entrena para ser el hombre más fuerte del mundo y llevar el trofeo a su país para inspirar a los niños que sufren bullying, simplemente por ser diferentes.
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Fuente: infobae.com