Isabella acaba de sacar una línea de camisetas que se venden al precio de 90 euros en su web, BKC.
Pónganse en situación: tu padre es el ‘rey’ de Hollwywood (Tom Cruise); tu madre una de las actrices más reconocidas de los últimos tiempos del séptimo arte, Nicole Kidman. Para más ‘inri’, tu querido padre es uno de los máximos exponentes de la controvertida iglesia de la Cienciología y tu madre es católica, algo que te ha distanciado de ella para siempre. Con estos datos, podemos imaginarnos que la infancia, adolescencia y madurez de Isabella Jane Cruise Kidman no ha sido demasiado fácil. Tiene 25 años y fue adoptada por el matrimonio Cruise-Kidman en 1992 con apenas unas semanas de vida. Sus padres se divorciaron cuando tenía nueve años y ella tuvo que sufrir las desavenencias del prota de Misión Imposible y la actriz australiana por su custodia y la de su hermano Connor, de 23 años.Dicen que hace más de diez años que no habla con su madre. Ya de niña se negaba a llamarla ‘mamá’, algo que sin embargo sí que hizo con Katie Holmes, la segunda esposa de Cruise. Nicole ‘se olvidó’ de mencionar a Bella y Connor cuando recibió el Globo de Oro en 2017 (aunque sí nombró a los dos hijos que tiene con Keith Urban), ya que según cuentan los diarios británicos, desde que renunció a la Cienciología, ha sido excluida de la educación básica de sus dos hijos adoptivos.
SE HA ESTRENADO COMO DISEÑADORA
Ahora parece que Bella ha querido dar un pequeño paso y acercarse a Nicole con un gesto de lo más significativo. Acaba de lanzar al mercado una serie de camisetas diseñadas por ella que vende a través de su web por unos 90 euros. Su firma de moda es BKC, es decir, las siglas de su nombre con el apellido de su madre por delante del de su famoso padre, Bella Kidman Cruise. Quizá con esto la incipiente diseñadora ha querido rendir un bonito homenaje a la protagonista de Moulin Rouge con la que lleva gran parte de su vida teniendo una relación, digamos, fría y distante.La joven viaja con frecuencia a Clearwater en Florencia, donde están los ‘cuarteles generales’ de la Iglesia de la Cienciología. Desde que era niña, su padre les llevaba allí a ella y su hermano para que completaran durante varios meses los diferentes cursos (que cuestan miles de dólares) de esta religión para estar a su ‘altura’ (Cruise es considerado una de las máximas autoridades en este aspecto).
UNA BODA… SIN SU FAMILIA
En septiembre de 2015, Bella contrajo matrimonio con un consultor informático londinense de nombre Max Parker con el que llevaba saliendo algo más de un año. Lo hicieron en Londres, concretamente en el céntrico hotel de cinco estrellas superlujo Dorchester, situado en el barrio de Mayfair. A la boda, por el rito de la Cienciología, no asistieron ni los padres de ella (curiosamente Nicole Kidman estaba en Londres esos días actuando en el West End) ni los de Max. Tampoco estuvo Connor, el hermano de Bella. “Sabíamos que se casaban, pero no fuimos a la boda porque no queríamos que ese día se convirtiera en un circo”, comentó al Mail Online Beverly Parker, madre del novio. Únicamente estuvieron presentes sus mejores amigos. El padrino fue Fabiano Calcioli, uno de los hombres fuertes de la Cienciología. Eso sí, Tom Cruise fue el encargado de pagar tanto la ceremonia como el cóctail posterior del que disfrutaron los amigos de los novios.
TRABAJÓ COMO PELUQUERA
Bella vivió de niña a caballo entre Los Ángeles y Australia. De hecho, cuando Tom y Nicole se separaron en 2001, ella se quedó con su padre. Aunque de niña soñaba con ser actriz y llegó a empezar Arte en la universidad, finalmente estudió estética en la Delamar Academy de Maquillaje y Peluquería, situado en Ealing Studios, en el oeste de Londres, una institución conocida por ser el lugar en el que se han filmado algunas series como Dawntown Abbey o algunos vídeos de Coldplay. El curso le costó unos 24.000 euros a su famoso padre, que ha sido el que siempre ha corrido con los gastos tanto de Bella como de su hermano Connor, que trabaja como Dj en algunas de las fiestas más famosas de Londres o Nueva York. Tras graduarse, Bella trabajó varios meses en la famosa escuela Vidal Sasoon.
UNA VIDA ANÓNIMA EN LONDRES
Vive con su marido en Croydon, un barrio obrero de Londres. Antes lo hacía en un apartamento de lujo en South Kensington que pagaba su padre, y ahora huye de las zonas más exclusivas de la ciudad para alojarse y vivir su historia de amor en un pequeño apartamento de una habitación. Ella tiene un Fiat 500 para moverse por la ciudad, mientras que su marido suele ir en bus y metro a trabajar.
Su espíritu rebelde la ha llevado a hacerse varios tatuajes y bastante llamativos. Una pluma en el antebrazo, una abeja gigante en rojo y negro en el otro brazo, varias cruces en la clavícula y un par de inscripciones en la espalda. Sus amigos la llaman Bae y sus cambios de pelo (del verde al rosa, corto, más largo…) han sido quizás una forma de no ser reconocida por la prensa en sus años más complicados tras el divorcio de sus padres.
Fuente: revistavanityfair.es