«La salud mental es un asunto invisible, pero de una forma u otra nos afecta a todos», dijo. La pesadilla que vivió y cómo logró superarla
Kevin Love es una de las figuras de la NBA. A través de la plataforma The Players Tribune, el alero de los Cleveland Cavaliers confesó que sufrió ataques de pánico. En dicho sitio donde los deportistas exponen diferentes situaciones de su vida, Kevin relató la pesadilla que vivió y cómo logró superarlo.
«La salud mental es un asunto invisible, pero de una forma u otra nos afecta a todos», dijo, mientras aclaró que padeció una crisis de pánico en un partido de la actual temporada de NBA.
I’ve never been comfortable sharing much about myself. I thought about mental health as someone else’s problem. I’ve realized I need to change that. https://t.co/355HcQw3Ei
— Kevin Love (@kevinlove) March 6, 2018
Love confesó que sufrió el ataque el 5 de noviembre pasado durante el duelo en casa ante Atlanta Hawks. «Es difícil de describir, pero todo estaba dando vueltas, como si mi cerebro estuviese tratando de salirse de mi cabeza. El aire se sentía denso y pesado. La boca parecía llena de tiza. Recuerdo a un asistente gritando algo sobre una formación defensiva. Yo asentí, pero no escuché mucho de lo que dijo. Para entonces, yo estaba perdiendo los estribos».
Luego de este incidente, Kevin fue trasladado a la Clínica Cleveland, pero los estudios no arrojaron nada anormal. «Todo parecía estar chequeado y bien, lo que era un alivio. Fue ahí cuando pensé: ‘Esperen, entonces ¿qué carajo acaba de pasarme?'», relató.
Kevin Love sufrió un golpe que lo dejó con conmoción cerebral
Si bien volvió a jugar, reconoció que se sintió confuso y preocupando. En el artículo publicado bajo el título «Todo el mundo está pasando por algo» no mencionó su ausencia en el juego ante Oklahoma City del 20 de enero que tuvo que abandonar por circunstancias similares.
El ala pivote de 29 años de los Cleveland Cavaliers, fue campeón con LeBron James en 2016, también se coronó en los Juegos Olímpicos con Estados Unidos en Londres 2012, brindó más detalles de lo ocurrido el 5 de noviembre, día en que sintió que iba a morir y ya nada sería igual.
«Mi corazón empezaba a latir más de lo normal. Me estaba volviendo loco, era como si mi cuerpo estuviera tratando de decirme estás a punto de morir. Corrí hacia el vestuario y terminé tirado en el suelo del vestuario tratando de obtener suficiente aire para respirar».
Cleveland Cavaliers campeón de la NBA en 2016
Kevin Love se encuentra en plena recuperación de una fractura en el quinto metacarpiano de su mano izquierda. Aún bajo tratamiento psicológico, decidió revelar su problema para colaborar con otros que sufren estos trastornos mentales.
«La salud mental no es sólo algo de los atletas, sino que es para todos. Todos llevamos cosas que duelen y que nos pueden lastimar si las mantenemos enterradas. No hablar de nuestro interior nos roba de conocernos realmente. Si estás leyendo esto y estás teniendo un tiempo difícil, sin importar cuán chico o grande te parezca, quiero recordarte que no sos raro o diferente por exponer lo que te está pasando. Por el contrario: puede ser lo más importante que hagas. Para mí, fue exactamente eso», reconoció.
Las frases más destacadas de la confesión de Kevin Love a la plataforma The Players Tribune.
-«Quiero compartir mis pensamientos sobre mi ataque de pánico y que pasó desde entonces. Quiero hacerlo por mí, pero, sobre todo, porque la gente no habla de la salud mental. Y los hombres y niños son probablemente los más rezagados».
-«Por 29 años pensé que la salud mental era problema de otro. Nunca pensé que era para mí pedir ayuda o abrirme con alguien. Para mí era una forma de debilidad que podría corroer mi éxito deportivo o hacerme ver raro o diferente».
Desde el 5 de noviembre, casi todo lo que pienso sobre mi salud mental ha cambiado
-«El 5 de noviembre, justo después del entretiempo contra los Hawks, tuve un ataque de pánico. Vino de la nada. Nunca había tenido uno. No sabía si eran reales. Pero fue real. Tan real como una mano rota o un esguince de tobillo. Desde ese día, casi todo lo que pienso sobre mi salud mental ha cambiado».
-«Después del entretiempo, llegó todo. Lue pidió un time-out en el tercer cuarto y cuando llegué al banco, sentí mi corazón latir mucho más rápido de lo normal. Después tuve problemas para respirar. Es difícil de describir, pero todo estaba girando, como si mi cerebro quisiera salir de mi cabeza. El aire se sentía pesado y espeso. Mi boca era como una tiza».
-«Recuerdo que un asistente me gritó algo sobre un tema defensivo y yo asentí, pero casi no lo escuché. En ese punto, ya me estaba asustando. Cuando me paré para volver, me di cuenta que físicamente no podía regresar a la cancha. Lue se me acercó y se dio cuenta que algo estaba mal. Le dije que ya volvía y me fui corriendo al vestuario».
Era como si mi cuerpo me estuviese avisando que me estaba por morir. Terminé en el piso tratando de conseguir algo de aire
-«En el vestuario empecé a correr de habitación en habitación, como si estuviese buscando algo que no podía encontrar. Realmente solo quería que mi corazón bajase la velocidad. Era como si mi cuerpo me estuviese avisando que me estaba por morir. Terminé en el piso del gimnasio, acostado sobre mi espalda, tratando de conseguir algo de aire para respirar. El resto es todo borroso».
-«Cuando volví a jugar, pocos sabían qué me había pasado, apenas algunos en la organización, y nadie había escrito nada. Las cosas volvían a andar genial, pero algo resonaba en mí: por qué me importaba tanto que nadie se enterara».
-«Pensé que lo peor ya había pasado con el ataque de pánico, pero no. Llámenlo estigma, miedo o inseguridad. Era un nuevo territorio para mí, y estaba bastante confundido. No podía permitirme dejar a un lado el ataque de pánico, no quería lidiar con algo peor en el futuro. Los Cavs me ayudaron a buscar un terapeuta. Pero debo decir que nunca pensé que iría a uno: nunca había escuchado a un atleta profesional hablar de salud mental y no quería ser el primero. Honestamente, no pensaba que lo necesitaba».
Fui con escepticismo a ver un terapeuta, pero una vez que sacás las capas, es increíble ver todo lo que hay por descubrir
-«Fui con escepticismo, pero me sorprendió. Para empezar, el foco no estaba en el básquet. Él entendía que la NBA no era la razón por la que estaba ahí. Y hablando, me di cuenta de cuántos problemas vienen de lugares que no te imaginás hasta que te topás con ellos. Es fácil asumir que nos conocemos, pero una vez que sacás las capas, es increíble ver todo lo que hay por descubrir».
-«La salud mental no es solo algo de los atletas, sino que es para todos. Todos acarreamos cosas que duelen y que nos pueden lastimar si las mantenemos enterradas. No hablar de nuestro interior nos roba de conocernos realmente. Si estás leyendo esto y estás teniendo un tiempo difícil, sin importar cuán chico o grande te parezca, quiero recordarte que no sos raro o diferente por exponer lo que te está pasando. Por el contrario: puede ser lo más importante que hagas. Para mí, fue exactamente eso».
No es un proceso mágico. Es aterrador, raro y duro
-«No es un proceso mágico. Es aterrador, raro y duro, por lo menos en mi experiencia. Sé que los problemas no se resuelven solo hablando sobre ellos, pero aprendí que con el tiempo tal vez podés entenderlos mejor y hacerlos más manejables. Me dí cuenta del poder que tiene contar las cosas».
-«Decidí hablar después de leer los comentarios de DeMar DeRozan (otro basquetbolista de la NBA) sobre depresión. Pensé en todos los años que pasé con él en una cancha y nunca descifré que le pasara algo así».
-«Quiero terminar esto con algo que trato de recordarme estos días: a todos nos está pasando algo que no podemos ver. Quiero escribirlo de nuevo: a todos nos está pasando algo que no podemos ver. La salud mental es algo invisible, pero nos toca a todos en algún punto o en otro. Es parte de la vida».
Fuente: infobae.com