Nellie Bly, la mujer que se hizo pasar por loca


Inventora del periodismo gonzo décadas antes que Hunter S. Thompson, dio la vuelta al mundo, entró en un manicomio y salió de él para contarlo.

Nellie Bly

“Estimado Q.O.: Me voy a Nueva York. Esté atento”. Con esta nota se despidió Nellie Bly de su jefe en el periódico Pittsburg Dispatch en 1886. La periodista estaba harta de que solo le encargasen reportajes sobre moda, jardines y ecos de sociedad y decidió trasladarse a Nueva York para probar suerte en la gran ciudad. Cuatro meses después, Nellie Bly entraba a trabajar en el New York World, periódico perteneciente al magnate Joseph Pulitzer y en el que desarrolló algunos de sus mejores trabajos, como “Diez días dentro de un manicomio”, reportaje sobre las condiciones de vida de los internos de un hospital psiquiátrico en el que Bly se ingresó haciéndose pasar por una enferma.Joseph Pulitzer fue un visionario de la prensa. A diferencia de otros empresarios, que consideraron los periódicos un medio de comunicación destinado a las clases cultas, Pulitzer se dio cuenta del gran potencial económico que tendría lanzar periódicos populares destinados a personas con poca o nula formación. En esa estrategia basada en el periodismo espectacular y experiencial, Nellie Bly encajó perfectamente.

La huerfanita

Nacida en el seno de una familia relativamente acomodada, la muerte de su padre, cuando ella tenía seis años, sumió a su madre y sus hermanos en la pobreza. Las necesidades económicas dificultaron que Nellie continuara con la educación que su progenitor había pensado para ella y llevaron a su madre a buscar solución a sus problemas en una nueva pareja que, con el tiempo, se reveló un alcohólico y maltratador.En 1885, con apenas veinte años, Nellie Bly escribió una carta al director del Pittsburg Dispatch. La firmó como “La huerfanita” y en ella criticaba un artículo publicado días antes en dicho periódico en el que uno de sus columnistas afirmaba que la única finalidad de las mujeres en la sociedad era la procreación y el cuidado de los hijos.Indignada, Bly respondió haciendo una defensa sobre la capacidad y talento de las mujeres en el campo laboral, al tiempo que reclamaba mejoras para desempeñar sus trabajos e igualdad en su remuneración. Sus argumentos fueron tan brillantes y su arrojo tan inusual, que el periódico decidió publicar un anuncio para contactar con “La huerfanita” y proponerle colaborar como periodista.En el Pittsburg Dispatch, Bly permanecería hasta 1887, fecha en la que, harta del machismo del oficio, se incorporó al New York World. No es que Pulitzer y los periodistas de la gran manzana no fueran machistas, que lo eran, sencillamente, allí tenía más posibilidades de desarrollar su trabajo y mejores medios.El primero de los reportajes para Pulitzer fue un artículo sobre el manicomio de Blackwell’s Island, al que siguieron otros sobre las condiciones de trabajo de las mujeres en las fábricas, sobre un invento reciente como la bicicleta, sobre la guerra de Cuba y otro sobre corrupción política, que logró desvelar el funcionamiento de los lobistas y cómo la presión que ejercían sobre los legisladores podía interferir en la aprobación o no de una ley. Todos ellos se hicieron con Bly infiltrándose en las instalaciones y haciéndose pasar por quien no era realmente.

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Bly Vs. Verne

La consagración de Nellie Bly como periodista llegaría en 1890. La novela de Julio Verne La vuelta al mundo en ochenta días había sido un gran éxito y los responsables del New York World vieron que sería una buena idea aprovecharse de él. Para ello, decidieron batir el récord de Phileas Fogg y narrarlo en una serie de reportajes.Nellie Bly se postuló para ser ella quien lo llevase a cabo, pero el periódico dudó en encargarle la tarea. El machismo volvió a hacer acto de presencia y en su contra se barajaron argumentos como que las mujeres viajaban con demasiado equipaje, que no era habitual que una mujer viajase sola y sin escolta o que la duración del trayecto, más de dos meses, era excesiva para una dama.Finalmente, dos días antes de comenzar el periplo, sus jefes le propusieron el proyecto dando por hecho que no iba a aceptar. Sin embargo, a Nelly le sobró tiempo para meter en un pequeño bolso algo de ropa interior, un gran tarro de crema facial y salir a recorrer el mundo.El New York World aprovechó la hazaña de Bly para aumentar sus ventas. Convocó concursos, dio cobertura a las noticias que llegaban de la corresponsal, repartió carteles de la periodista en algunas de sus ediciones e incluso se comercializó un juego de mesa protagonizado por ella. Finalmente, cuando regresó a Nueva York setenta y dos días después de haber iniciado su viaje, publicó a bombo y platillo cuatro reportajes en los que Bly explicaba la aventura.

La dama de hierro

En contra de lo que pudiera parecer, la popularidad de Nellie Bly no jugó a su favor. Los directores de su periódico no le aumentaron el sueldo ni le dieron remuneraciones extra por su labor. Por su parte, la población conocía ya de sobra su rostro y, en consecuencia, las tareas de infiltración en empresas o instituciones para hacer su trabajo periodístico se tornaron cada vez más complicadas.Aunque continuó con su profesión algunos años más, después de su vuelta al mundo, Bly comenzó a perder interés por el periodismo. En 1895, tras contraer matrimonio con un importante empresario del sector del hierro y el acero, comenzó a implicarse en los negocios de su esposo hasta que, a la muerte de este, se hizo cargo de ellos en su totalidad.Sin embargo, un fraude cometido por personas de su confianza, provocó que las fábricas de Bly quebrasen y sus propiedades se vieran afectadas por una liquidación judicial. Como último recurso, en 1914 decidió viajar a Europa en busca de financiación y, una vez más, el periodismo volvió a cruzarse en su camino.

nellie bly

El archiduque Francisco Fernando de Austria fue asesinado poco después de que ella arribase al continente y, olvidando sus problemas económicos y judiciales, Nellie Bly comenzó a cubrir la Primera Guerra Mundial como corresponsal del New York Evening Journal. De esta forma, los tres meses que tenía pensado pasar en Europa se convirtieron en tres años, a lo largo de los cuales no paró de enviar crónicas, algunas de las cuales le trajeron ciertos problemas con las autoridades estadounidenses, cuyo papel en la contienda europea fue errática y dubitativa.A su regreso a Estados Unidos, su situación financiera, lejos de mejorar había empeorado. Este hecho provocó que, en lugar de disfrutar de una existencia tranquila gracias a los beneficios de sus empresas, Bly se viera obligada a seguir trabajando como periodista para el Evening Journal hasta su muerte por neumonía en 1922.Casi un siglo después de su fallecimiento, la editorial Capitán Swing acaba de recuperar la figura de Nellie Bly y su obra en La vuelta al mundo en 72 días y otros escritos. El volumen, que incluye sus reportajes más importantes como el del manicomio, la vuelta al mundo o sus crónicas bélicas, demuestra quién fue la verdadera creadora del periodismo gonzo.En contra de lo que se afirma habitualmente, no fue Hunter S. Thompson el que creó esta cruda manera de hacer periodismo con sus lisérgicos reportajes sobre los Hell’s Angels o Las Vegas. La realidad demuestra que el mérito es de Bly, una joven de Pensilvania que tuvo que enfrentarse al machismo imperante en su época, el mismo que todavía hoy se resiste a reconocer su papel en la historia.

Fuente: revistavanityfair.es


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