Cedib observa retorno de Shell a pesar de deuda ambiental con Bolivia y denuncias en el mundo

El 2016, la Shell compró a la British Gas y con ella todas sus operaciones. A partir de ello, se tiene nuevamente en Bolivia a una de las empresas que se caracterizado por la violación de derechos humanos, irresponsabilidad ambiental, evasión de impuestos o corrupción.shellLogo Shell. Foto: SputnikLa Paz, 22 mayo (ANF).- El Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib) observa que YPFB renueve contratos con Shell a pesar de no haber resarcido los daños ambientales ocasionados a su paso por el país, y tener denuncias a nivel internacional que vinculan a la compañía con varios hechos irregulares.“Mientras en el mundo se denuncian las irregularidades de la transnacional Shell, en materia ambiental y legal, en Bolivia se renuevan los contratos sin que se le exija resarcimiento de daños en sus anteriores gestiones”, señala Marco Gandarillas, investigador del Cedib.La Shell compró el 2016 a la British Gas y con ello todas sus operaciones. A partir de ello, sostiene el Cedib, que se tiene nuevamente en Bolivia a una de las empresas que ha sido premiada dos veces, en 2005 y 2013, por el Public Eye Awards como: “corporaciones que se han caracterizado por la violación de derechos humanos, irresponsabilidad ambiental, evasión de impuestos o corrupción entre otros”.Bajo el rótulo de “Un viejo conocido de Bolivia”, el Cedib cita que el 29 de junio de 1982, YPFB firmó un contrato de operación con Bolivian Andina Petroleum Corporation para la exploración del subsidio norte del bloque abarcaba zonas de La Paz, Beni y Cochabamba. Esta empresa subrogó el 75% del contrato a la empresa Shell Exploradora y Productora de Bolivia BV.Después de realizar la prospección geológica y sísmica, el bloque fue devuelto, apunta el Cedib, pero en junio de 1991, con el decreto supremo 22891, Shell volvió a ingresar al país con Texaco en el área de operaciones Madidi ubicado entre La Paz y Beni.En el periodo neoliberal, durante la capitalización se desmembraron todas las empresas bolivianas, entre ellas YPFB, la cual fue subdividida y loteada a varios consorcios. Fue de ese modo que la transportadora Transredes S.A formó parte del consorcio TR Holding Ltda, que a su vez estaba conformada por Shell Gas Latin America BV y AEU Luxemburg Hondings.“En este consorcio (TR Holding Ltda) estuvo la nefasta Enron, empresa vinculada al expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada”, señala el informe del Cedib.En el mismo periodo se cita en el documento, que Transredes S.A fue responsable de la problemática socio ambiental y atropellos a los derechos humanos en la construcción del gasoducto Bolivia-Brasil, como la tragedia ambiental en el oleoducto Sica Sica-Arica, en enero de 2000 cuando derramó 29 mil barriles de crudo y afectó a cerca de 200 comunidades aymaras.“En 2007, el actual Gobierno homologó contratos petroleros vigentes en la época neoliberal, entre ellos, los contratos con las transnacionales BG Bolivia Corporation, la cual actualmente ostenta varios derechos petroleros”, menciona el informe.British Gas tiene participación en dos de los principales campos gasíferos en Bolivia: Margarita e Itaú, y adquirió el bloque de Huacareta mediante licitación internacional el año 2012.“Este bloque (Huacareta) inicialmente fue concedido como área reservada a YPFB, es uno de los más grandes en la zona y ya se han realizado denuncias por parte de comunarios y dirigentes sobre malas formas en la consulta”, sostiene el Cedib.Sin embargo, la Shell compra a la British Gas y con ella todas sus operaciones, “a partir de ello tenemos nuevamente en Bolivia a una de las empresas que ha sido premiada dos veces, en 2005 y 2013, por el Public Eye Awards como: corporaciones que se han caracterizado por la violación de derechos humanos, irresponsabilidad ambiental, evasión de impuestos o corrupción entre otros”.Denuncias internacionalesEl Cedib también recuerda que Shell es ampliamente conocida porque en 1999 en Argentina derramó cerca de 5.000 toneladas de hidrocarburos en el río de La Plata, lo cual afectó a todo el ecosistema costero de la zona y a la provincia de agua.El 2011, con 50 años de operación en Nigeria y centenares de incidentes ambientales, Shell protagoniza el derrame de 40 mil barriles de petróleo en el delta del Niger, mientras que en 2013, realiza el inverosímil proyecto de perforación y búsqueda de petróleo en el Ártico, fuertemente resistido por organizaciones como Greenpeace, además de un rechazo mundial.En 2009, se denunció que Shell era cómplice de ejecuciones ilegales declaradas como asesinatos por haber instigado, planeado y financiado las violaciones, destrucción de la propiedad, torturas y asesinatos realizados por el ejército nigeriano en las tierras de los Ongoni durante los años 1993 y 1994.Un año después, en 2010, se registró en Brasil, la contaminación de Shell a sus trabajadores con sustancias tóxicas, mientras queEn Holanda resultó “parcialmente culpable” por la contaminación en el delta del Níger. En tanto que el año 2011, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) acusó a la empresa de haber contaminado el territorio de los Ongoni en Nigeria. Por ello debió indemnizar a la población y rehabilitar la tierra y el agua contaminadas.Sin embargo, el Gobierno a través del ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez destacó el lunes, el inicio de la perforación del pozo Jaguar X6 a “riesgo y cuenta de Shell” en la provincia O´Connor del departamento de Tarija con una inversión de $us 109 millones. Se estima un potencial de 2 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas de gas.