Impuesto vehicular anual: Desincentivo a la renovación del parque automotor

MSc. Faye Noelia Cuéllar MontañoDocente de la Facultad de Ciencias Económicas Administrativas y Financieras de la U.A.G.R.M. 

En Bolivia, el cálculo del impuesto anual de vehículos livianos y pesados de uso particular o público se realiza en función a la base imponible (valor de compra o de tablas), considerando adicionalmente factores como; modelo, cilindrada, número de puertas, capacidad de carga, capacidad de arrastre, chasis, y fundamentalmente la tracción, el origen y año de fabricación, es decir que, conforme se va depreciando un vehículo, el impuesto se reduce de manera significativa. Por lo tanto, los vehículos antiguos son los que menos impuestos pagan, sin importar cuánto contaminan, o si cumplen con las condiciones técnicas de funcionamiento o cuántos kilómetros recorren.

Lo correcto debería ser que un vehículo nuevo pague menos impuestos, considerando que reduce contaminación ambiental,  inserta tecnología que en la mayoría de los casos mejora la eficiencia de consumo de combustible y aumenta la seguridad tanto al conductor como al peatón, mientras que los vehículos antiguos, sobre todo en nuestro país, tienden a generar mayor contaminación por emanación de gases, además de mayores requerimientos de lubricantes, repuestos y otros insumos para su mantenimiento, sumando a que la mayor parte de nuestros vehículos tienen más de 10 años de antigüedad y sus sistemas de seguridad son obsoletos o directamente no funcionan. Dado lo anterior, con el sistema actual de cálculo de impuestos, se premia, por ejemplo, a un auto con 30 o más años de antigüedad, que puede que tenga los faroles rotos y un funcionamiento dudoso. Además, la probabilidad que cause un accidente con graves consecuencias es mucho mayor. Bajo esta lógica y para cubrir el presupuesto de ingresos por impuestos, se castiga a todo aquel que quiera invertir en un vehículo más nuevo, eficiente y seguro.



En  Santa Cruz de la Sierra, una vagoneta pequeña modelo 2017 paga por Impuesto Municipal cerca de  4.000 Bs, a diferencia de una modelo año 2.000 con similares características, que paga menos de 1.000 Bs. En pocas palabras, comprar un vehículo 0 km más eficiente y seguro, trae consigo un castigo impositivo al bolsillo adicional del comprador, y el único incentivo para el pago de los impuestos es un simple 15% de descuento en los primeros meses del año.

Si hablamos de la Inspección Técnica, se supone que esta no debería entregarse a vehículos que contaminan el ambiente o que no se encuentra en perfecto estado de funcionamiento y que ponen en riesgo la vida de sus pasajeros, sin embargo, en las calles vemos que aún siguen circulando algunos que botan una nube negra de sus caños de escapes, con faroles que apenas alumbran o frenos que chillan en cada cruce (vea los micros y taxis de la ciudad). Eso sí, ni bien un vehículo 0 KM sale de la concesionaria, se exige que éste cuente con la Inspección Técnica en el mismo año.Los valores tablas que se utilizan para determinar la base imponible para el cobro del impuesto en Bolivia, deberían ser modificadas por los municipios e incentivar la renovación del parque automotor, aplicando una nueva normativa que permita tasas más bajas a vehículos nuevos y que se vaya incrementando conforme el vehículo sea más antiguo y su funcionamiento menos eficiente, tal como sucede en la mayoría de las economías del mundo. Se necesita (con urgencia) cambiar la forma de cálculo y los factores que se toman en cuenta para el impuesto Municipal de vehículos,  que sea mucho más lógico y justo, además de obligarnos a ser más conscientes con nuestro medio ambiente y ante todo, buscando la seguridad en nuestras vías.