Los lujos bolivianos



Se ha desatado un debate acerca del nuevo palacio presidencial y mientras que casi todos coinciden que se trata de un edificio extremadamente lujoso, los oficialistas dicen que es una extrema necesidad. No vamos a hablar de mármoles, alfombras ni de jacuzzis, que en el Gobierno se han convertido en algo “normal”, sino de otros lujos que surgen de los indicadores sociales. Si observamos, por ejemplo, los índices de mortalidad infantil, que siguen siendo de los más altos del continente, en nuestro país todavía resulta un lujo llegar a los cinco años. Lo mismo pasa con servicios básicos, como el agua y la energía que resultan una fastuosidad para más de un tercio de la población que tampoco tiene servicios higiénicos, alcantarillado y menos todavía acceso a un adecuado sistema de salud. Terminar el colegio es un lujo para casi la mitad de los estudiantes que abandonan porque deben trabajar y ayudar a sus padres. Por último, nadie va a dudar que lo más elemental de un país, que es la justicia, es un asunto inalcanzable. De esta manera, todos coincidiremos que el nuevo palacio no es un lujo, es una extravagancia.

 



Fuente: eldia.com.bo