Seis juegos para niños que les hará ser más inteligentes en el futuro

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A ciertas edades, la vida en sí supone un gran juego. Una enorme yincana por la que todos pasamos y a la que desearíamos volver en nuestra vida adulta. Los juegos forman parte de esa escuela alternativa en la que aprender diferentes conocimientos y habilidades. Son más que un pasatiempo divertido; desarrollar una mayor inteligencia es algo que va más allá de aprender a leer o sumar y restar. Los niños pueden ir adquiriendo sentido de la estrategia, así como perfeccionar sus habilidades sociales y verbales a través del juego.

Aquí hay que hacer una matización. No nos estamos refiriendo a ese tipo de juegos de inteligencia que se hicieron tan populares hace unos años en las consolas y a los que los adultos también acabaron enganchados. Este tipo de juegos, recopilados por ‘Business Insider’ proponen explorar el mundo y el entorno en base a sus propias reglas. Laura Markham, autora del libro de éxito ‘Peaceful Parent, Happy Kids‘, detalla los seis mejores para que los niños sepan desarrollar estrategias y ayudarles a ser más creativos.Que salgan del círculo de influencia de las pantallas y jueguen como una familia de verdad, sentados en una mesa

Juegos sin estructura

Como su propio nombre indica, son los mejores para ofrecerles la oportunidad de aprender y experimentar por sí mismos. Los juegos sin estructura, según Markham, consiguen que los niños aprendan un montón de cosas diferentes: «Les hacen experimentar con el mundo», asegura. «Les instruye en el autocontrol, en cómo funcionan las cosas y a resolver sus diferencias particulares con el otro. «Sabemos que los juegos de simulaciones son muy importantes para que los niños aprendan autorregulación y cómo gestionar los conflictos«, señala.Un estudio de 2014 en la revista ‘Childhood Education’ descubrió que el juego no estructurado mejora las habilidades cooperativas del niño, y no solo eso, sino que también crea sabiduría a través de la imitación y les ayuda a obtener nuevos conocimientos a partir de las leyes de ensayo y error. 



 

La hora del baño

Convertir la hora del baño en un juego apasionante es una tarea sencilla. A los niños les suele gustar meter en la bañera todos sus juguetes favoritos. También los hay que se niegan tajantemente a recibir cualquier tipo de lavado. Lo mejor que puedes hacer es establecer unos horarios fijos y generosos para dedicar todo el tiempo que necesites a esta actividad.Además, según Markham, «la hora del baño puede enseñarles matemáticas». Al parecer, «experimentar con agua y descubrir cuánta puede caber en cubos de diferentes tamaños es un precursor del cálculo matemático».

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Juegos de mesa

Como es evidente, nada mejor para activar su inteligencia que los juegos de mesa. Ajedrez, backgammon o damas, entre otros. «Que salgan del círculo de influencia de las pantallas y juegen como una familia de verdad», aconseja la experta. Lo más importante es rebajar el aspecto de la competición y restar importancia a quién salga vencedor o perdedor. «Está bien que los niños aprendan a competir, pero no en exceso», afirma Markham.

Arte para educar en creatividad

«Arte de cualquier tipo», resume la experta. «Es genial porque les ayuda a expresarse». La actividad más común entre preescolares es la pintura, aunque es posible que a medida que crezcan sean conscientes de sus carencias técnicas y se frustren. «Como resultado, a veces dejan de hacerlo». Por ello, no hay que tener la intención férrea de convertir a tu hijo en un niño prodigio y hacerle entender que solo lo hace para divertirse. Es muy importante esto para que desarrolle el gusto por la creación y crezca en él la vena artística que todos llevamos dentro.

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Juegos en la naturaleza

«Cuando los niños pasan más tiempo al aire libre, se vuelven más tranquilos y felices», reconoce Markham. «Y eso también se le puede aplicar a los adultos». Entre esas actividades, destacan cultivar plantas, acampar, enseñar a los niños a prender fuego (de forma segura, claro), salir de excursión o usar prismáticos para buscar pájaros. «Cualquier cosa que conecte a los niños al aire libre, especialmente si los saca de la rutina de las pantallas, es algo beneficioso».

Leer revistas y escribir

¿Y la expresión escrita o la comprensión lectora? También son muy importantes. También, en caso de que no le interese ningún tema en especial del mundo editorial, los cómics pueden ser una genial puerta de entrada a todo ese gran mundo de imaginación que son los libros. Por otro lado, «su hijo obtendrá los beneficios de practicar la comunicación verbal a través de la escritura». En este caso, puedes invitarle a que escriba un diario todas las noches antes de dormir. Además de favorecer su crecimiento intelectual, le abrirá un mundo de posibilidades en el que se preguntará cosas e indagará sobre lo que le preocupa y motiva, así como también sobre lo que le emociona.

Fuente: elconfidencial.com