“Ahí está, con todo lo que se inventaron, aquí están las consecuencias”, dijo Mario Chávez, hermano del expresidente de la federación de fútbol del país.
Momento de desconcierto. “¿Quién llega?”, se preguntaban quienes cerca del mediodía miraban sorprendidos el extraño movimiento de cámaras y micrófonos por Viru Viru. Los familiares del extinto Carlos Alberto Chávez habían llegado cerca de las 11:45. En realidad, fue Gladys Landívar, la madre del expresidente de la FBF, quien apareció primero, de negro y desconsolada para recibir a su hijo fallecido el viernes en San Pablo a causa del cáncer.
“Hoy me llaman hasta sus detractores”, dijo Édgar, con una voz que denotaba desconsuelo y molestia. Poco después apareció el resto de la familia, incluido Mario, que lanzó otra dura frase: “Ahí está, con todo lo que se inventaron, aquí están las consecuencias”. Eran cerca de las 12:00 cuando el monitor de vuelos del aeropuerto confirmó el arribo de la línea Gol para las 12:30. La ansiedad se apoderó de todos, el movimiento comenzó a ser más intenso.
Cerca de las 12:33 y en medio de un fuerte ventarrón, el avión que traía los restos del exdirectivo cruceño, al fin tocó tierra. Tras unos 15 minutos de espera y mientras los pasajeros abandonaban la aeronave rumbo a la manga, se divisó el féretro de Chávez, cubierto por una caja para luego de unos minutos ser trasladado al sector de cargas donde ya lo esperaba un carro fúnebre de Las Misiones, que permaneció estacionado desde muy temprano.
Entre los pasajeros que descendieron del avión estaba Tanya Hurtado, la esposa de Carlos, que tras peregrinar por varios días recibió un permiso especial de la justicia boliviana -guarda arresto domiciliario- para estar con él los últimos minutos de su vida. Llanto y abrazos desconsolados coparon el lugar, sobre todo cuando se volvió a encontrar con la señora Gladys, que la acompañó en San Pablo en la hora fatídica pero que tuvo que retornar el lunes.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
“Qué tristeza recibir a mi hijo en un cajón, yo lo tuve en carne y hueso”, se quejaba la señora Gladys que, pese al duro momento, mantuvo la fortaleza de tenerse en pie, hasta subir a uno de los vehículos que pronto se enfiló en la caravana que se dirigía al lugar del velorio.
Una gran cantidad de familiares, amigos y exdirigentes del fútbol llegaron para despedirlo mientras sus cercanos ratificaban que el entierro estaba señalado para hoy a las 16:00 en Las Misiones. Chávez no pudo con un cáncer en la ingle, cuyos dolores se tornaron inaguantables en enero de este año mientras guardaba reclusión en Palmasola.
Uno de los que mejor conoció a Carlos Chávez fue Alberto Tico Lozada, el gerente durante su gestión y que lo acompañó desde aquel fatídico 17 de julio de 2015 cuando también fue aprehendido y luego encerrado tras presentarse a declarar en Sucre.
Tico guarda detención domiciliaria y espera que la situación -como el resto de los tres acusados por los mismos casos- pueda dilucidarse. Quienes estuvieron cerca de él, lo han notado decaído desde que se expandió la noticia. “No pudo meter el último gol de su vida, mi amigo”, sostuvo.Fuente: paginasiete.bo