El Dakota, un edificio maldito 50 años después de ‘La semilla del diablo’

Foto: Imagen del Dakota desde Central Park.(Getty)Imagen del Dakota desde Central Park.(Getty)

Estamos en el Nueva York de los años 60. Roman Polanski todavía no es un apestado (ni uno de los acosadores oficiales) de la industria cinematográfica. Tampoco el viudo de Sharon Tate ni la víctima colateral de Charles Manson. El director polaco recluta personal para su ‘Semilla del diablo’ en una década en la que el cine norteamericano se ha teñido de terror gracias a ‘Psicosis’ y otros éxitos igualmente escabrosos. El diseñador artístico Richard Sylbert se convierte en uno de sus fijos para la película.

Amigo del guionista Garson Kanin, cuya esposa, Ruth Gordon, encarnará a la malévola vecina de Mia Farrow en la cinta, propone una gran idea. El lúgubre edificio de apartamentos donde debe situarse la historia de esta embarazada que, sin saberlo, va a dar a luz al Anticristo, debe ser el Dakota. Así es como nació este binomio entre una de las construcciones más emblemáticas de Manhattan y una de las películas más famosas de la historia del cine.

Plano de
Plano de ‘La semilla del diablo’.(Paramount)

La historia de este icono de la urbe neoyoquina empezó mucho antes, en 1884, año en el que abrió sus puertas. El arquitecto Henry J. Hardenberg ideó una estructura que recuerda al gótico americano pero le añade un aire siniestro. Uno de sus primeros habitantes ilustres fue Peter Tchaikovsky. El compositor del ‘Cascanueces’ se encontraba en Nueva York para dirigir la ‘Marcha de la Coronación’ en el Carnegie Hall y quiso probar sus instalaciones, insonorizadas y sin las habituales escaleras de incendios. Ya entonces, a finales del siglo XIX, surgieron innumerables (y terroríficas) leyendas en torno al lugar. Una de ellas es la que aseguraba que hay un fantasma que llora continuamente entre sus paredes. Aunque son muchos los famosos que lo han habitado (se dice que el compositor Leonard Bernstein tuvo uno de los pisos más caros, con un precio de unos 25’5 millones de dólares), no es nada fácil vivir allí. Una de las razones es que el precio de los apartamentos no baja de los 21 millones. Otro, que se requiere un gran compromiso fiscal por parte del comprador, amén de numerosos documentos. Pese a los inconvenientes, fue ‘La semilla del diablo’ la que lanzaría a la fama internacional a este gigante que planea como una sombra sobre la arboleda de Central Park. Aunque en la película se llamaba Bramford, sus tejados a dos aguas detrás de la paranoica Mia Farrow eran inconfundibles (aunque los interiores fuesen decorados).



Lennon y Yoko Ono en una imagen de archivo. (Gtres)
Lennon y Yoko Ono en una imagen de archivo. (Gtres)

Apenas una década después, el Dakota volvería a aparecer en los noticiarios de todo el mundo debido a una noticia luctuosa y tan terrorífica como la propia ‘Semilla del diablo’. John Lennon vivía en el lugar desde 1973 y uno de sus seguidores más fanáticos, Mark Chapman, hizo guardia frente a sus puertas una tarde de 1980. El objetivo: disparar al ex-Beatle. El creador de ‘Imagine’ (así se llama, en su homenaje, la zona de Central Park que está frente al edificio) falleció en el hospital unas horas después de haber sido tiroteado por aquel enloquecido fan.

Otro de los planos del edificio en
Otro de los planos del edificio en ‘La semilla del diablo’. (Paramount)

Pese a todo, Yoko Ono, su viuda, sigue viviendo en el mismo piso que habitó junto a él, ajena a leyendas como aquella que dice que bajo el suelo de su salón hay escondidos 30.000 dólares. Los dueños del lugar, por cierto, se niegan a destrozar la solería para comprobar la veracidad de esta, una de las docenas de historias que han hecho de este edificio de Nueva York un icono mayor que muchos monumentos europeos con más raigambre histórica. Como dijo alguien, los estadounidenses son capaces de convertir una piedra en una leyenda. El Dakota, pese a su anecdotario, es un buen ejemplo de ello.

Fuente: elconfidencial.com