¿El Museo Británico debe regresarle a Chile una estatua moái?

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El gobierno de Chile dijo que pedirá la devolución del Hoa Hakananai’a, estatua tomada por marineros británicos en 1868, en representación de los rapa nuis de isla de Pascua.CreditAdministradores del Museo Británico



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LONDRES — El Hoa Hakananai’a, que en español significa amigo perdido o robado, es una de las piezas más populares del Museo Británico. La estatua mide 2,4 metros de altura y su frente protuberante y ojos profundos son el telón de fondo para miles de selfis de turistas cada año.

Sin embargo, el gobierno de Chile ahora ha dicho que formará un comité para intentar recuperar la estatua de mil años de antigüedad para los rapa nuis, el pueblo indígena de la isla de Pascua. La isla, que se ubica a más de 3500 kilómetros del litoral chileno, ha sido parte del territorio desde 1888.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile declaró el 14 de agosto que el Hoa Hakananai’a es un “vínculo tangible” de la historia de la isla. Está “esculpido en basalto, piedra que destaca por su dureza y elegancia”, afirmó el ministerio, además de que tiene grabados únicos en la parte de atrás.

Una vocera de la Embajada de Chile en Londres no proporcionó más detalles acerca de alguna solicitud formal para la devolución de la estatua o moái.

La acción de Chile para defender la causa del pueblo rapa nui llega cuando los museos europeos están ante una presión cada vez mayor para repatriar objetos a sus países de origen. Por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron, recientemente designó a dos asesores para planear cómo se devolverán ciertos objetos luego de declarar que “el patrimonio africano no puede ser prisionero de los museos europeos”.

El Museo Británico ya está familiarizado con la presión para devolver artículos de su colección; por ejemplo, Grecia emprendió hace tiempo una larga campaña para la restitución de los llamados mármoles del Partenón, también conocidos como de Elgin.

“Creemos que es de gran valor presentar objetos de todas partes del mundo al lado de las historias de otras culturas en el Museo Británico”, dijo una vocera del museo en una declaración por correo electrónico.

Jo Anne Van Tilburg, arqueóloga y directora del Proyecto de Estatuas de la Isla de Pascua, la iniciativa de investigación de más larga data sobre los moáis, dijo en una entrevista telefónica que infantes de la marina británica fueron guiados a una región sagrada de la isla en 1868 y que dentro de una edificación encontraron el Hoa Hakananai’a enterrado hasta el torso. Lo adquirieron por medio de trueque y lo arrastraron hasta su barco en una procesión liderada por un cacique que bailaba, dijo Van Tilburg.

“No obstante, esto sucedió en un contexto en el que los rapa nuis estaban gravemente privados de recursos”, agregó.

Van Tilburg dijo que han excavado otros dos moáis con grabados en sus espaldas, como el de la estatua en el museo, y que son las únicas de ese tipo entre otras mil estatuas que también tienen ese tipo de decoración. Sin embargo, añadió que los grabados del Hoa Hakananai’a son únicos, al igual que el tipo de roca con que se hizo.

El Hoa Hakananai’a representa a “toda la cultura que inspiró su creación”, comentó Van Tilburg, y añadió que entendía por qué los rapa nuis la quieren de regreso.

No obstante, dijo que no tiene clara todavía la respuesta a la pregunta de si la estatua debe devolverse, dado que ese moái funge de cierta manera como un embajador de la cultura rapa nui.

Pero agregó: “Si me pidieran como investigadora profesional que tomara partido por uno de los dos puntos de vista, apoyaría al del pueblo rapa nui”.

Consultados recientemente en el Museo Británico, muchos turistas no estaban al tanto de la controversia, pero cuando se les explicó la situación, sus opiniones fueron igual de contradictorias.

Astrid Allard e Ines Oukkate, dos visitantes francesas de 20 años, se estaban tomando una fotografía frente a la estatua posando con los dedos como si estuvieran picándole la nariz. “Creo que ambos lados tienen sus argumentos, pero ha estado aquí desde hace mucho, ¿no?”, dijo Allard. “Creo que más gente la puede ver aquí”.

Pero Oukkate no estuvo de acuerdo. “Si la quieren de regreso, creo que es mejor que la tengan”, comentó. “Los museos existen para mostrar respeto a otros países al presentar sus objetos al público”.

Y ese respeto ya no existe si un país pide que le devuelvan sus artículos y el museo se niega, añadió.

“Es cierto,” respondió Allard. “Caray, es un debate complicado”.

POR ALEX MARSHALL

Fuente: nytimes.com