Joven en silla de ruedas y miles de peregrinos llegaron ante la Virgen

Beymar Ramírez, de 29 años de edad, recorrió los 17 kilómetros de Cercado a Quillacollo en silla de ruedas, en busca de un encuentro con la Virgen de Urkupiña.

“Hace tres años, tuve un accidente y los médicos dijeron que no me iba a recuperar, pero de a poco mis piernas fueron ganando fuerza. Es así que la Virgen me va cumpliendo un milagro (…) pronto espero poder caminar”, manifestó el joven que llegó de Tarija a Cochabamba en 2015 para tratamiento de fisioterapia.



Ni el frío ni el impedimento de la movilidad de sus piernas frenaron la devoción de Beymar que por primera vez hizo el recorrido con ayuda de dos amigos.

“Yo tengo todo: familia y amigos y más bien doy gracias al Señor que estoy aquí con vida”, sostuvo durante la procesión ayer por la madrugada.

Como él, miles de feligreses iniciaron su peregrinación en la plaza 14 de Septiembre hacia el templo San Ildefonso por un encuentro especial con la Virgen de Urkupiña.

Caminata

El monseñor Óscar Aparicio comenzó la larga caminata de 17 kilómetros con palabras de reflexión hacia los jóvenes y rezos en las paradas, donde cada parroquia presentó una imagen de la Virgen.

Tras cinco horas de caminata, los devotos llegaron al templo San Ildefonso. Allí las velas encendidas por los fieles adornaron el místico escenario, mientras “la mamita”, se destacó entre la muchedumbre.

“Cierren los ojos y pregúntense: ¿Qué voy a pedirle a la Virgencita este mañana?”, invitó a la llegada de los feligreses. El silencio abundó, mientras que cada visitante ingeniaba en su mente el pedido que manifestaría a la “mamita”. Pasaron unos segundos, y la misa dio inicio con música solemne.

La emoción se apoderó de las familias. Entre lágrimas y cansancio por la caminata, dieron gracias a la Virgen por los deseos cumplidos y elevaron sus nuevas peticiones.

“Hemos venido como peregrinos sabiendo que María es quien nos espera (…) es ella quien nos llena los corazones y nos hace retornar a nuestras casas con la esperanza de que la misericordia está entre nosotros”, dijo monseñor Aparicio en la misa que empezó a las cinco de la mañana.

Al culminar la ceremonia, las familias se sintieron fortalecidas y algunas se dirigieron hacia el calvario. Entre la multitud, se encontraba María Carmela Mérida, quien realizó el recorrido junto a su hijo.

“Él ha sido la razón por la que he venido este año. Él fue el que me animó, aunque mi fe en la Virgen se mantiene por más de 12 años”, expresó.

La devota explicó que la Virgen de Urkupiña escuchó sus deseos todos los años y los cumplió a cabalidad.

“Mi hija no podía tener hijos, así que le pedí a la Virgencita que le permita ser madre y se cumplió”, relató con una sonrisa.

Además de los deseos particulares de cada persona, el pedido por la salud y unión en la familia fueron las peticiones más comunes entre los visitantes.

“Desde que yo era chico, hace 40 años que vengo aquí, y lo principal para mí es pedirle salud, que sin eso no hacemos nada”, aseguró un feligrés, Mauricio Iriarte, al momento de sostener entre sus manos una pequeña imagen de la Virgen.

 

5 horas de caminata. La procesión inició en la Catedral Metropolitana a la medianoche y la llegada al templo San Ildefonso fue a las cinco de la mañana.

 

OPINIONES

«Yo vengo todos los años, pero éste en particular fue a pedido de mi hijo. Le pido a la Virgen sobre todo por salud para mi familia y que siempre nos proteja». María Carmela Mérida. Devota de Urkupiña

«Como todo cochabambino, por la mamita Urkupiña he venido a la misa a pedirme salud, que eso es lo más importante para lograr todo los demás». Mauricio Iriarte. Devoto de Urkupiña

 

JÓVENES EN ESTADO DE EBRIEDAD

Pese al despliegue numeroso de efectivos policiales durante la caminata hacia el templo San Ildefonso y el calvario de Quillacollo, se observó la presencia de jóvenes en estado de ebriedad.

Por otro lado, las vías se encontraban invadidas de basura. No se encontraron suficientes contenedores para el depósito de plásticos y residuos sólidos.

Fuente: lostiempos.com