Soberanía tecnológica, la vocación no explotada de Bolivia para su desarrollo

 La producción de saberes científicos en Bolivia no es una alternativa sino una necesidad, coinciden especialistas. Para el Gobierno la investigación nuclear impulsará los objetivos de la Agenda 2015.Soberanía tecnológica, la vocación no explotada de Bolivia para su desarrolloLos científicos bolivianos llegaron al país en 2016 para analizar una estrategia de liberación tecnológica para Bolivia. Foto: ABI Experiencias positivas en la industria tecnológica, como las del grupo Jala, apuntan a que la vocación del país para su desarrollo se asienta en la creatividad y el conocimiento científico. Para los sectores productivos, la soberanía tecnológica es el reto pendiente para empezar competir con el resto del mundo.“Tecnología es sinónimo de desarrollo, porque implica traducir un potencial en la producción de un bien o un servicio. Este proceso conlleva inversión, generación de empleos, pago de impuestos y, cuando está bien orientado hacia el mercado, la satisfacción de las necesidades. Lo ideal es no depender de la tecnología ajena sino generar la propia”, dijo el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.En 2013, el presidente Evo Morales presentó la Agenda Patriótica 2025 para la consolidación de un país libre de pobreza, industrializado, sin dependencia económica y con acceso universal a la salud, la educación y la alimentación entre otros puntos. El ambicioso plan contempla 13 pilares de los que el cuarto corresponde a la “Soberanía científica y tecnológica con identidad propia”.“Bolivia no puede ser sólo productor de materias primas, tiene que ser un país innovador y creativo. Tenemos que desarrollar nuestra propia tecnología rompiendo las cadenas de la dependencia. El reto es la industrialización y transformación de nuestros recursos estratégicos para fortalecer nuestra economía. Debe tener un sello propio que es nuestra identidad y la de nuestras comunidades y pueblos indígenas y originarios”, justifica la propuesta que debe cumplirse para el bicentenario de Bolivia.Jala apuesta a la formación de jovenes talentos.Foto: ArchivoEn 2016, el Gobierno convocó al primer encuentro de Científicos bolivianos residentes en el exterior. Tras una selección de más de 300 postulaciones,50 académicos notables en distintas áreas arribaron a Cochabamba.El encuentro terminó con las propuestas de la creación de un Ministerio de Ciencia, Tecnología, una ley para el sector, la homologación de títulos para el retorno de los especialistas al país y la creación de centros de investigación, además de un fondo para la investigación con el 1% del PIB del país. El presidente Morales anunció que analizaría los planteamientos. Hasta el momento ninguno fue aplicado.Un país competitivo Quipus ingresó al mercado, pero no de forma exitosa.Foto: Archivo“Apostar por la tecnología es la mejor de las inversiones que puede realizar un país. No hay que olvidar que hoy vivimos la era del conocimiento con cambios abruptos, vale decir, con nuevas invenciones que se realizan de manera vertiginosa a costa de otras que quedan superadas y obsoletas. Si un país no se pone a tono con estos cambios tecnológicos se retrasa y no es competitivo”, sostuvo Gary Rodríguez.Como ejemplo citó el uso y acceso de la biotecnología en la producción de soya boliviana. Explicó que actualmente el país produce dos toneladas del grano por hectárea mientras que en Estado Unidos o los países miembros del Mercosur el rendimiento llega a tres toneladas de la leguminosa por cada hectárea.Para Rodríguez la diferencia está en el uso de la biotecnología bien aplicada junto a las buenas practicas agrícolas. “Esto quiere decir que si el país tuviera esa tecnología, sin aumentar un metro cuadrado más, podría tener al año un millón y medio de soya adicional, eso es un mundo de dinero. En exportaciones significaría cientos de millones de dólares sólo como consecuencia de un cambio tecnológico”, afirmó.Inversión y educaciónJala es el grupo empresarial de software más grande del país. Fue fundada en 2001 por Jorge López, un boliviano que triunfó en Estados Unidos.Tiene tres componentes: Jalasoft, la Fundación Jala e Industrias Jala. Con más de 650 ingenieros, el primero se dedica a la producción y exportación de software mientras que el último empezará a comercializar sus productos en toda Latinoamérica. La base del grupo, no obstante, está en la fundación pues ésta se encarga de la educación y formación de los profesionales. La idea principal del grupo no es hacer empresa, sino hacer industria.“Hemos vistos varios países que han sobresalido de la noche a la mañana con el desarrollo de la tecnología. Costa Rica es uno de los ejemplos de cómo con una buena inversión en la educación y en la industria de la tecnología genera desarrollo”, afirmó el director académico de la Fundación Jala, Pablo Acero.Para ingresar a la industria de la tecnología –explicó– hay que analizar varios aspectos como: la inversión, el mercado la formación de los profesionales.“Hay mucho talento y capacidad. Lo que se hace en las universidades y un poquito en algunos colegios es un primer paso, pero es necesario ajustar algunos elementos de la educación. Tenemos la base para realizar este trabajo que requiere mucha práctica”, manifestó Acero.Indicó que en los últimos años las casas superiores de estudios han ampliado sus currículas para insertar materias teóricas de tecnología. Sin embargo, la practica de éstas sigue siendo la falencia.“Es necesario que los chicos sean capaces de convertir esos conceptos en habilidades de desarrollo, lo que es parte de la formación de Jala. La práctica falta en la educación boliviana. Es primordial invertir en la capacitación de los profesionales para que haya un desarrollo de la industria”, dijo. Observó que el acceso de la población a herramientas digitales, como el internet, es importante. Añadió que si bien en los últimos años hubo un gran avance aún es necesario mejorar.Según la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), hasta diciembre de 2017 Bolivia alcanzó 8.817.749 conexiones de internet. La mayor concentración se da en Santa Cruz. En el área rural del país, según la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), sólo el 6% de la población tiene acceso a la herramienta.Como parte del plan de acceso a la tecnología hasta 2017 se entregaron 138.910 computadoras Kuaa a diferentes establecimientos educativos. Sin embargo, sólo se instalaron 2.518 pisos tecnológicos para su funcionamiento.Tecnología nuclear, la nueva apuesta del país para el desarrolloPese a la polémica que generó en Bolivia, la incursión en la tecnología nuclear está en marcha. En el Distrito 8 de El Alto el Gobierno ha empezado la construcción del primer Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Nuclear (CIDTN).El proyecto aspira a cumplir con cinco de los 13 pilares trazados en la Agenda 2025 por el Gobierno. De forma gradual la implementación del CIDTN deberá consolidar el acceso y mejora a la salud y educación, la soberanía científica y tecnológica, la soberanía productiva, la soberanía sobre nuestros recursos naturales y la soberanía alimentaria.Según la información que la Agencia Boliviana de Energía Nuclear, el complejo tecnológico que se construye en El Alto contará con tres componentes: el ciclotrón y radio farmacia, la planta de irradiación y el reactor nuclear de investigación, donde también se formará a profesionales.En los últimos meses una denuncia de cobros irregulares destapó la crisis en la que se encuentran los pocos centros oncológicos que operan en el país. En estos centros se atiende a los enfermos de cáncer con tecnología que ya no brinda un tratamiento efectivo, seguro ni oportuno.A partir del CIDTN, se fabricarán radioisótopos y radiofármacos primordiales para la detección y tratamiento del cáncer. Actualmente estos productos son importados de otros países a precios altos.Se espera que a nivel nacional se construya una red de Centros de Medicina Nuclear y Radioterapia. Contará con tres infraestructuras ubicadas en Parcopata en El Alto, Achumani en La Paz y Pampa de la Isla en Santa Cruz .En la agricultura se espera que con la irradiación se pueda subir el rendimiento de los cultivos a través del mejoramiento de las semillas y la eliminación de plagas e insectos. Si bien son procesos posibles con la biotecnología, la irradiación podría acelerarlos.Desde el Gobierno se asegura que la irradiación con rayos gama de ciertos productos ayudará a la eliminación de microorganismos y patógenos que hacen difícil la exportación. Sin embargo, es un proceso que no podría realizarse en todos los alimentos. Aquellos que contengan materia grasa –como las castañas, la semillas de girasol, las aceitunas u otros similares– se convertirían en tóxicos si fueran sometidos al procedimiento.En el ámbito académico, el centro aspira a convertirse en una ciudadela científica en la que se formarán profesionales en diferentes rubros.Para estos especialistas, que hoy sólo pueden formarse en el exterior, será importante la implementación del reactor que se estima sea puesto en marcha en unos cuatro años. Este tendrá una potencia de 200 vatios y será el más pequeño de la región.Aseguran que no contaminará y que se enfriará en una piscina de agua que no contaminará el medio ambiente. Al momento se realiza una selección de profesionales para que puedan acceder a una de las más de 250 becas de capacitación del equipo boliviano que trabajara en el proyecto. Aseguran que el centro traerá grandes avances para la salud, el agro y la ciencia.Página Siete / Leny Chuquimia / La Paz