Advierten que los océanos se están calentando mucho más rápido de lo que se creía

Un estudio publicado en Nature indica que la temperatura sube un 60% por encima de las previsiones.Los vecinos caminan por una calle que fue inundada en Túnez, en octubre de este año. (AFP)¿Cómo se toma la temperatura de un océano?La pregunta puede sonar como el preludio a un chiste infantil, pero para los científicos del clima la respuesta tiene consecuencias serias.El cambio climático está calentando rápidamente los océanos del mundo y produce la eliminación de organismos acuáticos -como los arrecifes de coral y los bosques de algas- que sirven de anclaje a ecosistemas enteros. Las aguas más calientes también hacen que los niveles del mar se eleven y que eventos climáticos extremos como los huracanes sean más destructivos.

Los vecinos caminan por una calle que fue inundada en Túnez, en octubre de este año. (AFP)

Si pueden medir con mayor precisión la velocidad a la que se están calentando los océanos, los científicos pueden predecir mejor los efectos futuros del cambio climático. Y un estudio publicado en octubre en la prestigiosa revista especializada Nature da a entender que los océanos se están calentando mucho más rápido que las estimaciones proporcionadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según su sigla en inglés), la organización global de datos climáticos.El estudio, dirigido por Laure Resplandy, oceanógrafa biogeoquímica de la Universidad de Princeton, detectó que entre 1991 y 2016 los océanos se calentaron un promedio de 60% más cada año que lo estimado oficialmente por el Grupo Intergubernamental.En octubre, el IPCC presentó un amplio informe en el que predice que algunos de los peores efectos del cambio climático, entre ellos las inundaciones costeras, la escasez de alimentos y una desaparición masiva de arrecifes de coral, podrían llegar a ocurrir en 2040 si las emisiones de gases de efecto invernadero antropogénicos continúan en los niveles actuales. El informe indica que los científicos pueden haber subestimado la severidad de la presente trayectoria climática del mundo.Las nuevas estimaciones de las temperaturas oceánicas, si demuestran ser precisas, podrían ser otra indicación de que el calentamiento global de las últimas décadas ha excedido los cálculos conservadores y está más en línea con los escenarios más pesimistas de los científicos.Los investigadores utilizaron un nuevo sistema que determina la temperatura de los océanos por medio de la medición de los niveles de dióxido de carbono y oxígeno en la atmósfera.Esos gases se disuelven en el agua del océano, pero la cantidad que el océano puede retener depende de su temperatura. “Como los océanos han estado calentándose, básicamente expulsan oxígeno y dióxido de carbono”, dice David Nicholson, científico asociado a la Institución Oceanográfica Woods Hole, que no tuvo vinculación con el estudio.

Los expertos advierten que la mayoría de las barreras de corales podrian desaparecer hacia 2040 por el aumento de la temperatura del agua.

En palabras de la doctora Resplandy, “si uno deja una Coca afuera al sol se va a calentar y va a perder el gas. Es un poquito la misma idea”.Normalmente los científicos miden las temperaturas oceánicas con termómetros, pero concertar un registro de temperatura global requiere termómetros en todo el mundo. Los registros de temperatura globales eran irregulares antes de 2007, cuando un consorcio internacional dio comienzo a un programa conocido como Argo y se creó una red internacional de instrumentos de medición de temperaturas oceánicas.Pero un grupo perteneciente a la Institución de Oceanografía Scripps había estado haciendo meticulosas mediciones de dióxido de carbono atmosférico desde 1991 por cuestiones de otra índole. La doctora Resplandy y su equipo utilizaron ese conjunto de datos para este estudio.El doctor Nicholson opinó que el estudio de Resplandy era un ejemplo de cómo la recolección de datos en un momento puede tener beneficios inesperados más adelante. “En cierto modo sostiene la importancia de obtener estas series a largo plazo incluso si en un principio no es evidente cuál va a ser el resultado”, dijo.Los científicos saben ya que los océanos del mundo absorben el 90 por ciento del exceso de calor retenido en la Tierra por la emisión antropogénica de gases de efecto invernadero. En su reciente informe, el IPCC usó una de las estimaciones disponibles más bajas sobre cuánto se han calentado los océanos. La doctora Resplandy y su equipo hallaron que es más probable que lo que está ocurriendo responda a las estimaciones más altas.



 

“Sus estimaciones coinciden en parte con estimaciones previas, pero se alinean con algunas de las estimaciones más altas”, dijo el doctor Nicholson. “No es que cambie completamente nuestra comprensión de lo que un océano pueda estar absorbiendo; es un tipo nuevo de medición que interviene en relación con el sector más elevado de eso.” Hay algunas advertencias. Este es un enfoque nuevo y no está claro si se va a sostener frente a exámenes ulteriores. Kevin E. Trenberth, científico senior de la Sección de Análisis Climático del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU., destacó que la metodología funciona mejor en ciclos de tiempo prolongados pero no precisa lo que pasa año a año.No obstante, las propias investigaciones del doctor Trenberth indican que las mediciones del IPCC respecto de la temperatura observada en los océanos son muy bajas. “Este es un método complementario nuevo y los resultados son muy compatibles con nuestras estimaciones en su mayor parte”, nos comentó por mail.La doctora Resplandy dijo que su trabajo no desmiente las advertencias del informe del IPCC en cuanto a que la humanidad tiene un par de décadas para protegerse de algunos de los efectos más catastróficos del cambio climático.“No cambia los resultados”, afirma. “Lo que hace es mostrar que es más difícil llegar a ese momento.”(*) La autora Kendra Pierre-Louis es periodista del equipo de clima. Antes de incorporarse a The New York Times en 2017, cubría temas relacionados con ciencia y medio ambiente para la revista Popular Science. @kendrawritesTraducción: Román García Azcárate

Fuente: clarin.com