Artecampo nos propone regalar belleza hecha a mano, para contribuir a la preservación y desarrollo de nuestra herencia cultural. La muestra se inaugura el lunes 3 de diciembre y estará abierta hasta el 31 de Diciembre.
Un año más, Artecampo, la Asociación de Artesanas del campo, nos invita a visitar su 34a Feria de Exposición y Venta de Artesanía Cruceña. Más de 600 mujeres indígenas y campesinas pertenecientes a las etnias guaraya, chiquitana, guaraní isoseña y ayoreode, junto a comunidades mestizas como Vallegrande, Cotoca, Ichilo y Tajibos, componen las 14 asociaciones que trabajan unidas en Artecampo, con el apoyo del CIDAC, el Centro de Investigación, Diseño Artesanal y Comercialización Cooperativa.Creatividad, variedad y belleza en tejidos, cerámica, bordados, pinturas y tallados en madera. Artecampo nos sorprende año tras año con la más variada muestra de artesanía y arte popular de calidad de la región. Numerosos premios internacionales, nacionales y departamentales a la calidad y al valor cultural de sus piezas, acreditan el trabajo de más de 30 años de la organización.El lunes 3 de diciembre, a las 20:00, se inaugurará la Feria con la presencia de artesanas de los 14 grupos que conforman Artecampo, quienes vienen a la ciudad en esta ocasión para compartir con el público de la ciudad, trayendo comida y bebida de sus comunidades.
Los productos de Artecampo van directamente de las mujeres productoras al consumidor urbano, eliminando la figura del intermediario. Las artesanas son dueñas de su tienda a través de su asociación y se manejan de manera solidaria. Comprar en Artecampo significa reconocer décadas de esfuerzo por forjar un comercio justo, en el que cada centavo va de manera directa a beneficiar a las asociaciones de artesanas; fortaleciendo organizaciones de mujeres que están conquistando espacios económicos y sociales donde hacer oír su voz; significa también, apoyar a una organización que apuesta a recuperar el pasado para enfrentar el futuro preservando nuestra identidad. Al comprar un artículo de Artecampo, por pequeño que sea, se contribuye a esta iniciativa, orgullo de los cruceños y bolivianos.Lo primero que llamará la atención del visitante de la Feria, es el entorno en el que se exhibe la artesanía. Santa Cruz le debe a CIDAC y Artecampo, la conservación de una de las pocas “taperas” o construcciones tradicionales que aún le dan sentido y encanto al casco viejo de la ciudad. Allí el visitante encontrará expuestas coloridas hamacas e individuales guarayos, tapices isoseños de intrincados diseños, y también chuses y alfombras de Vallegrande, de hilo, de algodón o lana. Podrá admirar también los bolsos ayoreode tejidos en fibra de garabatá, y una amplia gama de tejidos en palma jipijapa, desde los tradicionales sombreros, hasta móviles coloridos con figuras de mariposas, pájaros y peces; además de los delicados nacimientos y ornamentos navideños de chala de maíz, hechos por las artesanas de Vallegrande.Si de bordados se trata, es imposible dejar de poner de relieve el creativo trabajo de las bordadoras de Tajibos que sorprenden con su maestría en el diseño y el uso del color; y de las bordadoras chiquitanas, que ofrecen una amplia variedad de cojines bordados en hilo y lana; sin olvidar a las bordadoras de Ascension de Guarayos y sus bellas piezas de mantelería.Las loceras de Cotoca presentan una renovada producción de escultura cerámica bajo la dirección de la artista Olga Ribera, que contrasta con la producción tradicional de la cerámica de Tentayape.Pero ahí no acaba la cosa: los talladores de madera de San Miguel de Velasco sorprenden con la belleza y delicadeza de sus obras, algunas de las cuales se enlucen en color para darles un toque distintivo. Llamativas son también, las piezas de los pintores de Urubichá que recogen con preciosismo, la rica flora y fauna local.El surgimiento y desarrollo de Artecampo ha sido posible gracias a más de tres décadas de investigación, recuperación artesanal, experimentación en diseño, capacitación, apoyo a la organización gestionaria de los grupos de artesanos y sistemática apertura de mercados para la comercialización de sus productos. Todo ello es obra del Centro de Investigación, Diseño Artesanal y Comercialización Cooperativa, CIDAC, fundado y dirigido por Ada Sotomayor de Vaca quien es artífice, junto a su equipo de colaboradores y las artesanas de Artecampo, del resurgimiento y vitalidad actual de la artesanía cruceña.Las artesanas le esperan en la Tapera de Artecampo, calle Monseñor Salvatierra 407 esquina con Vallegrande, para continuar tendiendo puentes de comunicación y solidaridad, entre el campo y la ciudad.