El embrollo

Julio Aliaga

En medio del apuro, acelerados por las presiones plurinacionales que los obligan a organizar elecciones primarias que no estaban previstas, los del Tribunal Electoral apretaron un botón equivocado y todo se desordenó. Imagino que eso es lo que pasó para que desate el tremendo lío sobre las afiliaciones partidarias, en las que miles de ciudadanos bolivianos, dentro y fuera del país, tenemos un registro equivocado.

Quienes hemos manejado una planilla de Exel alguna vez, sabemos cómo puede pasar. Si filtramos una columna (nombres y apellidos, por ejemplo) y la ordenamos por orden alfabético, y si no hemos organizado el sistema para que arrastre detrás suyo al conjunto de columnas adyacentes, que tienen otros datos correspondientes a cada uno de los nombres que se están ordenando, suele pasar que alguna columna no se mueva y entonces se desordena todo.



Me parece así de simple lo que pasó. Alguien le dio «guardar» y todo se fue al garete. Publicaron los resultados y miles de bolivianos aparecimos con los datos equivocados, y vaya a saber uno si pasó solo con esa columna, podríamos estar con fotografías que no corresponden, sexo cambiado y ojala que no, podrían haberse desordenado direcciones o recintos y mesas donde corresponde la votación. Eso no se ha verificado.

Toda base de datos, en cualquier programación, suele mantener copias de seguridad correspondientes a cada cambio que se realiza, lo que permite retornar a un punto anterior del error cometido. El Tribunal Electoral (porque eso de supremo es ya una broma) debiera anunciar que tiene una copia de seguridad, volver a un punto anterior, reponer este registro de cara al público y pedir que volvamos a intentar conocer nuestra adscripción a algún partido político o nuestra independencia. ¡Por ahí se arregla!

Y si no tiene dato alguno, si no tiene un backup grabado, si la irresponsabilidad, la improvisación, la negligencia y la falta de profesionalismo se imponen, entonces hay que borrarlo todo y empezar de nuevo. No le pueden echar la culpa a los partidos políticos, porque la falla atraviesa todo el sistema y no solo señala la militancia de quienes no la tienen, sino que han borrado también los registros de aquellos que sí tienen militancia, y eso no es sino atribuible al Órgano Electoral.

Fuente: julioaliagalairana.blogspot.com