En El Salvador, donde el aborto es ilegal, una víctima de violación se enfrenta a un juicio por tratar de abortar

Por Ruby Mellen

La joven Imelda Cortez está acusada de intento de aborto y podría pasar hasta 20 años en la prisión (EFE/Rodrigo Sura)

La joven Imelda Cortez está acusada de intento de aborto y podría pasar hasta 20 años en la prisión (EFE/Rodrigo Sura)

Hace casi dos años, Imelda Cortez se despertó con un dolor horrible en el estómago. Corrió hacia una letrina cercana, dio a luz a una niña y luego se desmayó. Se había quedado embarazada a los 17 años, después de que su padrastro la violara repetidamente. Pero cuando su madre la llevó a un hospital para buscar atención médica, los doctores sospecharon que había intentado abortar, algo ilegal bajo cualquier circunstancia en su país natal, El Salvador.



Ahora, Cortez, que dice que nunca trató de interrumpir su embarazo, está en prisión en espera de juicio por intento de asesinato. El juicio estaba programado para el 12 de noviembre, pero un juez salvadoreño lo pospuso para el 17 de diciembre después de que uno de los fiscales no se presentara citando problemas de salud. Los críticos dicen que la corte deliberadamente acercó esta vista cerca de las vacaciones de Navidad con la esperanza de recibir menos atención internacional.

Si es declarada culpable, Cortez podría enfrentar hasta 20 años de prisión.

El Salvador es uno de los países más estrictamente antiaborto del mundo. En 1998, el país aprobó una prohibición absoluta del aborto, haciendo que el procedimiento sea ilegal incluso en casos de violación, incesto o para proteger la vida de la madre. Desde la aprobación de la ley, más de 40 mujeres han sido condenadas por cargos relacionados con el aborto, y más de 20 de ellas permanecen en prisión.

Paula Ávila-Guillén, directora de iniciativas latinoamericanas en el Women’s Equality Center, un grupo involucrado en el caso de Cortez, dijo que la ley hace sospechar a los médicos cuando las mujeres buscan atención médica para cualquier tipo de emergencia obstétrica, como un aborto involuntario o una muerte fetal. «Los médicos sienten la presión de denunciar a cualquier persona que busque atención médica que pueda estar bajo sospecha de haber tenido un aborto«, comentó Avila-Guillen a The Washington Post.

Este año, al parecer, El Salvador estaba cambiando para suavizar su postura sobre el aborto. Al menos dos mujeres que cumplían sentencias relacionadas con el aborto fueron puestas en libertad, y otras han acortado sus sentencias. Pero el aplazamiento del caso de Cortez, el único caso nuevo de este año, ha dejado a los defensores desanimados.

«Se necesita prácticamente la movilización de todo el mundo para salvar a estas mujeres. El sistema sigue fallando una y otra vez«, agregó.

Mientras tanto, Cortez continúa en la cárcel en espera de una próxima cita en la corte. Su hija, que ahora tiene 2 años, permanece con ella.

Fuente: infobae.com