Expertos: la corrupción en la Policía Boliviana es de siempre y simples discursos no la erradicarán


Año a año salen a la luz nuevos casos de corrupción en los que se hallan implicados efectivos policiales. Pese a los anuncios de reformas, a la fecha este problema se mantiene al interior de las filas de la institución verde olivo.

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Un grupo de oficiales de la Policía Boliviana. Foto: El Deber



La Paz, 15 de enero (ANF).- Para nadie es novedad que la corrupción es un mal que se apoderó de varias instituciones y la Policía no ha sido la excepción. Cada año se conocen más casos en los que efectivos policiales se hallan involucrados, lo que lleva a pensar a la población que es un problema institucional.

Acusaciones de narcotráfico, contrabando, tráfico de influencias, entre otros, han pesado sobre varios jefes policiales, muchos de los cuales han sabido “mover sus fichas” para evadir la responsabilidad, mientras el gobierno mantiene a raja tabla su intención de implementar “profundas reformas” al interior de la Policía, aunque eso no pasa de los discursos cada vez que salen a la luz nuevos casos de corrupción.


El más reciente fue el caso de las irregularidades detectadas en el proceso de admisión 2019 a la Academia Nacional de Policías (Anapol), en el que ha momento se halla implicado un teniente de Policía, que generó la indignación del propio presidente Evo Morales, que ordenó la anulación de los exámenes que se tomaron para el ingreso a esta institución.


Desde la perspectiva del mayor de Policía, David Vargas, y el exdirector de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, esta situación tampoco tiende a ser diferente en el futuro. Es más, coinciden en que la corrupción es un problema que siempre estuvo presente en filas de la entidad del orden y que con simples discursos nunca se erradicará.


Vargas: “la clave está en la selección de jefes policiales”
El mayor de Policía, David Vargas, es quizá uno de los personajes más recordados de las sangrientas jornadas de febrero de 2003, ya que encabezó el motín policial en contra del denominado “impuestazo” (impuesto a salarios elevados) y que terminó con un enfrentamiento con el Ejército.
Este liderazgo generó su salida de la institución verde olivo, al que defiende cuando se habla de corrupción, puesto que asegura que “por algunas manzanas podridas no se puede botar toda la canasta”.


“No es justo decir que la Policía sea la única institución corrupta, es más, ni siquiera la Policía en sí misma es corrupta. Es claro que algunos miembros de esta institución hayan entrado en ese círculo de la corrupción y es importante identificarlos y castigarlos”, manifestó en entrevista con ANF.


Desde su análisis, la corrupción aterrizó en varios niveles, estamentos, organizaciones e instituciones del Estado desde la época republicana hasta nuestros días. Además, señaló que su origen se da en los procesos de desinstitucionalización que sufre debido a la existencia de estructuras de poder que están a la cabeza de administradores de escasa preparación y dudosa ética.


“Esa autoridad, que asume la dirección o el mando de una institución no por tener el perfil y los méritos necesarios, sino por relaciones de amistad, sobornos o padrinazgos, va a hacer que dentro de la institución que dirija se generen las condiciones necesarias para que se anide la corrupción y prospere en ese ambiente”, explicó.


Vargas lamentó que no haya una estadística pública sobre la cantidad de casos de corrupción en los que se hallan implicados efectivos del orden, aunque dijo que es posible hacer un análisis cualitativo de lo que significa este mal dentro de las filas de la Policía durante la época republicana y del Estado Plurinacional. 


“Lo que puedo decir es que los oficiales policiales se encubren y protegen a partir del nombramiento del mando institucional que no tiene los méritos suficientes para ocupar el cargo”, refirió.


El exoficial de Policía señaló que “así como el Presidente ordenó que se deberían anular los exámenes de ingreso a la Anapol, así también debería actuar cuando se descubre otros casos de corrupción en los que están implicado otros jefes policiales”.


Vargas contó que hace años denunció que un general de la Policía que iba a ser nombrado comandante general tenía graves acusaciones en su contra y que por ello no podía optar al cargo. Sin embargo, dijo que no solo desoyeron la denuncia, sino que lo amenazaron.


“Esta persona que no tiene los méritos y la idoneidad para ser comandante general, obviamente no se va a asociar con personas que respondan al compromiso profesional que pueda erradicar los actos de corrupción. Esta bola se inicia a partir de la principal cabeza”, dijo.


El mayor también fue parte de la Asamblea Constituyente que terminó con la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado (CPE) en 2009. Contó que como constituyente planteó que los ascensos y nombramientos de los generales sean por la propia institución del orden y no por el poder político.


“Esto para que el poder político no cometa favorecimientos a coroneles que una vez que ascienden de grado carga con compromisos que después les cobran los propios políticos con favores que muchas veces están marcados dentro de la corrupción”, agregó.


Finalmente, Vargas indicó que un comandante general debería ser elegido de entre los mejores cinco prospectos y que una vez sea designado sería ideal que cumpla un periodo de tres años para que “se haga gestión y haya un desarrollo administrativo, así cada año podría rendir cuentas al Legislativo para ver si cumplió con sus objetivos”. 


“Estos planteamientos lo hemos hecho hace 20 años, pero lastimosamente en ese tiempo los neoliberales no lo hicieron, ahora tampoco lo hace el señor Evo Morales”, cuestionó.


Llanos: La corrupción en la Policía ha crecido


Ramiro Llanos, exdirector de Régimen Penitenciario en dos periodos (2006-2007 y 2012-2013) también tiene su opinión sobre este tema. Desde su análisis la corrupción dentro de las filas de la institución verde olivo no solo se ha mantenido, sino que ha logrado crecer de modo preocupante.
“La corrupción en la Policía en vez de decrecer ha llegado a aumentar y el nivel de corrupción es tan grave que es “vomitivo”. Da asco todo lo que se hace en relación a la inseguridad”, manifestó.


Asimismo, dijo que una de las muestras es que casi todos los años “muchos comandantes de la Policía han estado involucrados en temas de corrupción y que muchos de estos han pisado las cárceles e incluso están privados de libertad”.


“Los policías están relacionados con los delincuentes, donde hay un policía muchas veces hay corrupción y eso es lamentable. Esto se ha vuelto común y las autoridades no pueden hacer nada, ni el proceso de cambio que supuestamente iba a cambiar las instituciones lo ha hecho”, agregó.


Para Llanos este problema deviene precisamente de la falta de cambios estructurales en esta institución. Uno de esos cambios sería en la formación de oficiales. Explicó que la tradición en formación de efectivos viene desde la Constitución de 1967 y que desde ese año casi nada ha cambiado.


“Estamos formando a los policías que supuestamente nos van a proteger, pero ¿Qué podemos esperar de un jovencito de 17 años al que aún lo adoctrinan en condiciones cuartelarias y negativas de pillaje? Raros son los policías que salen con conductas honestas, el resto anda como todos sabemos en hechos de corrupción”, dijo.


Llanos indicó que desde el inicio los aspirantes a oficiales incurren en actos irregulares porque pagan para asegurar su pase a la Academia.

Posteriormente se forman en un ambiente cuartelario en el que muchos cadetes aprenden malas costumbres y las hacen parte de sus conductas. Finalmente egresan de la academia policial y van acumulando grados sin haber eliminado esas “malas mañas”.


“Si así se forman a nuestros jóvenes, imagínense lo que harán cuando tengan poder, grado o armamento, cuando tienen a disposición una institución intocable. Por eso hay que hacer una reforma profunda”, refirió.
Por otra parte, señaló que el problema corrupción no necesariamente parte de las cabezas que dirigen la Policía porque “estos jefes están sometidos al criterio del poder político” y actúan en ese criterio.


Asimismo dijo que uno de los puntos importantes es eliminar la mala fama que tiene la Policía ante la sociedad civil que muchas veces ha sufrido abusos de parte de esta institución que rayan en la violencia y la extorsión.
“Hay que cambiar la mentalidad de la población que al ver a un policía escapa. Eso es lo que sucede en la actualidad, nos dan miedo, es mejor no caer en manos de la Policía y huir de esta institución”, aseguró.


Para Llanos este tema es clave, sin embargo, las propuestas de cambio no pasan de ser discursos durante los actos de posesión de comandantes policiales o durante la intervención de ministro de Gobierno.


“Por eso es que ideológicamente esa Policía está plagada de conceptos dictatoriales, cuartelarios y verticales. Por eso no vamos a poder cambiar a la Policía porque cuando queremos cambiar no solo debemos pensar en las cabezas, sino en toda la institución”, dijo.
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