La dictadura venezolana pagó muy bien el gesto del presidente Morales de convertirse en uno de los tres únicos presidentes que asistieron a la posesión de Nicolás Maduro, quien asumió su segundo mandato en medio de la censura mundial. El premio fue la entrega de nada menos que diez títulos de doctor honoris causa otorgados por el mismo número de universidades. Un mínimo de sentido común podría llevarnos a preguntarnos por la proporcionalidad en este asunto o la relación costo beneficio, pero eso es incomprensible para alguien que no tiene idea de las dimensiones del ego que puede alcanzar un cacique. El gobierno argentino comandado por los Kirchner lo descubrió a tiempo y le sacó mucho provecho. Cada vez que querían más gas boliviano, sacaban un honoris causa de la galera y la respuesta fue siempre favorable aún a costa de dejar a muchos compatriotas sin energía. Eso era cuando había gas y cuando Venezuela pagaba el apoyo con algo más que cartoncitos.
Fuente: eldia.com.bo