Sujeto fractura brazos y le quita un ojo a su esposa


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La Paz.- El 24 de enero, María fue brutalmente golpeada por su esposo. La Policía busca al agresor. La víctima se recupera lentamente en el Hospital de Clínicas.

“Desde que éramos enamorados, era  agresivo conmigo”, dice  ahora María  Ch., quien fue brutalmente golpeada por  su esposo,  Simón Capo Vargas. A causa de este último ataque, la mujer de 30 años perdió el ojo izquierdo y tiene los brazos fracturados.  Luego del hecho, el acusado huyó y es  buscado por las autoridades.    
 



La agresión  se registró la noche del  24 de enero en la ciudad de El Alto. En la actualidad, la víctima  se encuentra  internada en el Hospital de Clínicas de La Paz. Para acceder a una entrevista con  María, se debe seguir un largo protocolo con la Unidad de Comunicación del nosocomio, porque su estado es tan delicado, que en ocasiones ella prefiere no recibir visitas.

Al ingresar a la unidad de Terapia Intensiva del hospital de Clínicas, se observa a María  tendida  en una de las camas con el torso apenas cubierto con una manta. Tiene  hombros descubiertos, el  derecho está vendado, al igual que sus dos brazos. 

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Su cabeza está apoyada en una almohada y tiene la mirada dirigida al techo. Una venda cubre la cuenca, ahora vacía, de su ojo izquierdo. 

“Nos hemos juntado (con Simón) hace ocho años, tenemos dos hijos, uno de seis y una mujercita de tres (…) Desde que éramos enamorados (novios), era agresivo conmigo”,  dice María con la voz entrecortada. 

Cuenta que  la primera vez que fue agredida por Simón todavía era su novia.  La pareja tuvo una discusión y él le arrancó parte de la oreja izquierda a mordiscos. “Esa vez le he perdonado, porque me ha dicho que no lo  volvería a hacer, además ya nos íbamos a casar”, relata.

Pero los golpes y los insultos continuaron. Simón era demasiado celoso, no permitía que María hable con vecinos o amigos. Ella no podía salir de su casa y sólo debía atender  el negocio de venta de parabrisas,  ubicado en la zona Kiswaras  de  El Alto, lugar donde residía la pareja.

  Debido a las largas ausencias del esposo, la mujer tuvo que abrir la tienda, limpiarla y vender los parabrisas.

 “Se perdía por cuatro días, una semana, dos semanas. Llegaba borracho y  me pegaba,  siempre era lo mismo. El año pasado, me ha  fracturado  la nariz tres veces porque habíamos discutido. Como él me controlaba por sus celos, yo no le dejaba (que se porte así) y él de eso me pegaba y me decía que yo  era sólo para él”, narra.

La mujer descubrió que pese a los celos de su esposo, Simón  la engañaba con otras mujeres.  

 ¿Por qué aguantó los  golpes y el maltrato de su esposo? María responde:  “Es que no tengo a nadie”.

La madre de María murió cuando ella tenía  ocho años y  fue abandonada por su padre.  Creció en casas de tías y primos hasta que conoció a Simón.

“No podía dejarlo, tengo familia, pero no tienen recursos, ¿cómo me iban a ayudar? También tenía miedo de irme y que él me quite mi tienda”, comenta entre lágrimas.

Llegó las 20:50 del fatídico 24 de enero. Simón consumía bebidas alcohólicas con unos amigos en un minibús en compañía de sus dos hijos.

Fue cuando María intentó alejar a los niños de ese espectáculo. Incluso   la obligó a beber con él. “Simón se ha acordado de una discusión que hemos tenido en diciembre.  Me ha pegado. Mis brazos los ha fracturado uno por uno, luego me ha sacado mi ojo con su dedo y se ha escapado”, lamenta.

 En diciembre, María fue sorprendida por su esposo cuando hablaba con un amigo. Desde entonces hasta la fecha, Simón  siempre recordaba ese hecho para agredir  a su esposa. 

No es la primera vez que intentó causar daño a los ojos de María. El año pasado por el mes de julio, el acusado  protagonizó otra agresión contra su pareja. 

  “Me ha querido sacar los ojos para que no vea a nadie más, porque decía que yo miraba hombres, apenas me he defendido con mis manos”, relata.

El jefe de la Unidad de Urgencias del Hospital de Clínicas, Óscar Romero, explica que la mujer necesita dos cirugías, una en el lugar donde  perdió su  ojo izquierdo y otra en el hombro derecho.

El galeno lamenta que estos procedimientos no se cumplieran hasta la fecha, ya que la familia de la víctima no tiene recursos para cancelar las operaciones.

Para la cirugía del hombro y su curación, la víctima necesita  unos 17.000 bolivianos. La cirugía de reparación por el ojo perdido, tiene un costo similar y es la más urgente, porque la herida puede infectarse, explica el galeno.

Simón sigue prófugo y la Policía busca capturarlo.

  María pide ayuda para pagar las dos  cirugías. Asegura  que si se recupera, no volverá con Simón.  “Esta vez ya no porque me ha hecho el peor daño”, lamenta.

Ella quiere seguir viviendo por sus dos hijos,  quienes ahora  se encuentran en un hogar de acogida de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto. 

Fuente: PAT, Página Siete