Fue noticia de primer orden la repentina “desaparición” del presidente Morales de los escenarios públicos y la inasistencia a varios eventos en los que estaba prevista su presencia, entre ellos, la inauguración de las sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde que asumió el poder hace trece años, el primer mandatario ha mantenido una agenda ininterrumpida que suele empezar en la madrugada y que incluye varios viajes diarios, inauguraciones, encuentros políticos, partidos de fútbol y muchas otras actividades propias de un candidato en constante campaña electoral.
Por eso es que causó sorpresa este cambio de rutina muy propia de líderes populistas que asocian el buen gobierno con la idea de estar en todos lados. A lo mejor el presidente puede descubrir que desde su lujoso palacio, dirigiendo una reunión o evaluando proyectos, puede conseguir mejores resultados.
Es posible también que después de tanto trabajo y tantas abdominales, necesite un buen descanso.
Fuente: El Día
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