Los hikikomoris se aíslan de la sociedad y no quieren relacionarse con el resto de las personas (Foto: YouTube)
Ya entonces se hablaba de que este fenómeno podía afectar a más de un millón de jóvenes japoneses, pero esas cifras han ido en aumento con el paso de los años. Se trata de una condición que puede afectar tanto a hombres como a mujeres y que no se circunscribe a las grandes ciudades, sino que se da en cualquier grupo poblacional del país nipón, aunque la mayoría de afectados son hombres de entre 18 y 35 años.
https://youtu.be/VtZC2ETz-MkPara ayudarles a superar sus problemas han nacido las conocidas como ‘hermanas de alquiler’. Son personas que forman parte de un grupo de apoyo llamado New Start a las que se paga para ayudar a los hikikomori a reintegrarse en la sociedad. No tienen ningún tipo de cualificación médica, pero son el último recurso al que se agarran muchas familias intentando recuperar a sus hijos.
Cantidades importantes
En Japón es habitual que muchas familias con hikikomoris en su seno se avergüencen de la situación y no lo hagan público, por lo que no es fácil dar con el tratamiento adecuado a sus problemas. Por eso no escatiman en gastos y pagan hasta 100.000 yenes mensuales, unos 800 euros, a una ‘hermana de alquiler’ para que haga una visita semanal de una hora su hijo. El objetivo final es que les ayuden a volver a una vida normal, que abandonen su aislamiento y se reintegren en la sociedad. Pero, ¿cómo hacerlo? Ayako, que lleva más de diez años trabajando como hermana de alquiler, reconoce a la BBC que no tiene una técnica especial: “No finjo, sólo trato de conectar con ellos. Puedo ser yo misma, tal como soy. Cuando llego un poco tarde o estoy cansada, el cliente siente que está bien que me sienta así”.Pero el trabajo es arduo y Ayako explica que puede tardar entre seis meses y dos años en que estas personas se abran y confíen en ella. Detrás de algunos de estos casos hay diversos problemas de fondo. En algunos casos es el bullying el que ha llevado a estos jóvenes a apartarse de la sociedad; en otros, son las nuevas tecnologías las que les han empujado al aislamiento. Incluso hay casos en los que el fracaso laboral conduce a personas que hasta ese momento se comportaban de manera normal a encerrarse en sí mismos.Detrás de algunos de estos casos hay diversos problemas de fondo como el bullying, las nuevas tecnologías o el fracaso laboralKenta, uno de los hikikomoris que han logrado salir de este agujero negro reconoce que disfruta de las visitas de su hermana de alquiler: “Vamos a comer y luego salimos juntos. Siento que ella me apoya. Hay una gran diferencia de cómo me siento con ella comparado a cuando estoy solo. Ella me anima”. Es su puente con el resto del mundo. Fuente: elconfidencial.com
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