Siguiendo los pasos de su famoso padre, y consciente de que la fama no es para siempre, la socialité desvela en una entrevista sus sorprendentes planes de futuro.

omo decía una famosa serie española para adolescentes de principios de siglo, nada es para siempre. Ni siquiera para Kim Kardashian, que aunque es la celeb más famosa del planeta, sabe perfectamente que tarde o temprano llegará alguien que le arrebate el foco mediático. Tanto que ya ha empezado a estudiar la profesión a la que quiere dedicarse cuando las cámaras dejen de perseguirla: abogada.
Así lo ha confirmado la propia Kim en su última entrevista con la edición americana de Vogue, en la que además de ser portada y hablar largo y tendido de su familia, la socialité ha confirmado que ha decidido seguir los pasos de su padre Robert Kardashian, famoso por entre otros casos haber sido el defensor que logró la libertad de O. J. Simpson en el juicio más mediático de los 90.
Aunque no ha sido tanto la figura de su padre lo que ha inclinado la balanza hasta el mundo del derecho como el hecho de haber sido capaz de lograr que a principios de año, tras reunirse con algunos políticos, se indultara a una mujer que había sido encarcelada de por vida tras asesinar con 16 años a un hombre que quería tener sexo con ella. Y no solo eso, sino que además a raíz de aquello, y tras reunirse con Donald Trump, logró que se acabara cambiando la actual ley de prisiones de Estados Unidos.
“Yo intentaba explicar por qué me parecía inhumano e injusto que hubiera gente condenada a cadena perpetua.Pero claro, también tuve que llevar a un grupo de abogados que pudieran apoyarme con datos legales que respaldaran mi opinión”, recuerda.“Porque esto no es algo que consiga una persona sola, es fruto del trabajo colectivo. Fue ahí cuando descubrí que quería y tenía que ser parte del sistema legal, luchar para construir una sociedad mejor”.Y tan en serio se ha tomado este objetivo que no solo ha comenzado a hacer unas prácticas en un bufete de San Francisco con el que colaborará durante cuatro años, sino que también ha empezado a estudiar la carrera con la intención de licenciarse en 2022.“Estudiar derecho penal me resulta facilísmo, mientras que mercantil me aburre demasiado. En cualquier caso, los conceptos los aprendo en dos segundos. Es leer todo el temario lo que más esfuerzo me supone”, asegura. ¿Alguien duda de que si se lo propone acaba sacándose el título e incluso ejerciendo? Fuente: revistavanityfair.es