Asesinatos de religiosos y políticos presuntamente ordenadas por la mafia, muertes de capos que aparentemente nunca sucedieron, historias de canibalismo… en el narco mexicano las teorías de la conspiración tienen un lugar destacado gracias a la clandestinidad en la que se mueven los narcotraficantes y sus sicarios
El mundo del narco no sólo está lleno de mitos y leyendas sino también de teorías de la conspiración que en ocasiones hacen a este ambiente más misterioso y sanguinario. En el caso de México, desde hace décadas circulan dudas en torno a casos emblemáticos en los que se ha visto envuelta la mafia como el asesinato de un cardenal, la muerte de secretarios de estado y canibalismo, por mencionar algunos.
En 2011, la organización Insight Crime, especializada en el análisis de temas de seguridad, realizó un compilado de las teorías de la conspiración del narco mexicano, sin embargo, ocho años después, la lista creció con el surgimiento de nuevos cárteles como los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Una de las teorías de la conspiración más famosas hasta ahora es la muerte del líder del Cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes «El Señor de los Cielos», quien presuntamente falleció el 4 de julio de 1997, en Ciudad de México, mientras se realizaba una serie de cirugías estéticas para cambiarse el rostro y así pasar desapercibido para las autoridades.
Su muerte fue declarada a las 06:00 horas en un hospital donde nadie lo acompañaba en ese momento. El cuerpo había sido trasladado a la Funeraria García López de la capital para de ahí ser llevado a su natal Sinaloa con un certificado de defunción que tenía nombre falso.
Como la cara del capo estaba desfigurada y el certificado de defunción había sido emitido con otro nombre, surgieron especulaciones sobre si el cadáver era o no el del Carrillo Fuentes.
Un cable de julio de 1997 de la agencia EFE reproducido por el diario El Tiempo, de Colombia, daba constancia de que la familia del capo había confirmado su muerte de un paro cardíaco en un hospital de Ciudad de México cuando le practicaban una operación para cambiar su fisonomía.
Mientras las autoridades mexicanas, que realizaron una serie de pruebas a las huellas digitales, informaron de una «probable muerte» ante la necesidad de hacer los exámenes necesarios para poderlo confirmar.
A pesar de las dudas, la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) confirmó la muerte del capo. Thomas Constantine, quien entonces era director afirmó: «Fue quizá el barón de la droga más importante de México».
Pero al quedar irreconocible, persiste la duda de si realmente murió o huyó a Argentina o Paraguay, donde vive retirado de negocio.
Algo similar sucedió con Juan José Esparragoza Moreno, alias «El Azul», quien junto con Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera e Ismael «El Mayo» Zambada fuera una de las cabezas del Cártel de Sinaloa.
La mañana del 8 de junio de 2014 corrieron versiones sobre el supuesto deceso del Azul, en un hospital privado de la Ciudad de México o en Guadalajara, Jalisco.
Las versiones señalaban que «El Azul» había muerto el día anterior, a consecuencia de un infarto cuando intentaba ponerse de pie mientras convalecía de las lesiones que sufrió durante un accidente de tránsito en una carretera de Jalisco, 15 días antes.
Esparragoza Moreno resultó con lesiones en la columna vertebral, por lo que fue necesario su trasladado a un hospital especializado, en alguna de las dos ciudades.
La familia trasladó sus presuntos restos a Badiraguato, en Sinaloa, donde fue cremado para posteriormente llevar sus cenizas a Culiacán.
En agosto de 2014 fue detenido en Sinaloa Juan Esparragoza Jiménez, quien dijo ser hijo de «El Azul», quien confirmó que su padre estaba muerto, pero las autoridades nunca han confirmado oficialmente el deceso.
Canibalismo, ritos de iniciación y fogatas humanas
Una de las formas que ha encontrado el narco para evadir la justicia es desaparecer los cuerpos de sus rivales, sobre esta práctica se han tejido distintas teorías, desde el presunto sacrificio de niños como rito de iniciación de los Caballeros Templarios, en Michoacán, hasta la preparación de platillos típicos mexicanos en los campamentos de Los Zetas con carne de sicarios rivales.
Pero una historia poco conocida citada por Insight Crime es la del Cártel de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix.
Ramón Arellano Félix supuestamente lanzaba a sus víctimas al fuego y luego usaba sus cuerpos como carbón para cocinar carnes para él y sus hombres, versión nunca confirmada por sus sicarios y los mismos integrantes de la familia, que fueron detenidos y algunos enviados a Estados Unidos.
Los extraños accidentes aéreos
Durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón se registraron tres extrañas muertes de funcionarios de alto nivel que involucró aeronaves del gobierno mexicano. La primera fue la de Ramón Martín Huerta, un asesor de seguridad de Fox y director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), quien murió en 2005 luego del desplome de un helicóptero. Después, en 2008, ya en la presidencia de Calderón, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño murió en un choque de avión, accidente que levantó sospechas porque viajaba con el asesor presidencial de seguridad y ex titular y creador de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos, además, la aeronave se estrelló cerca del centro de la capital del país, a un kilómetro de la casa presidencial.
El 11 de noviembre de 2011, otro secretario de gobernación, Francisco Blake Mora murió también en un accidente aéreo, igual que su antecesor. Las investigaciones apuntaron a fallas mecánicas y problemas climáticos, pero las teorías de la conspiración apuntan a que se trató de atentados perpetrados por el narco.
El crimen que lanzó a «El Chapo» a la fama
El 24 de mayo de 1993, hombres armados en el aeropuerto de Guadalajara presuntamente confundieron al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo con «El Chapo» y lo asesinaron a quemarropa en medio de una balacera en la que participaron los hermanos Arellano Félix y pistoleros de Guzmán Loera.
Aunque la investigación oficial señala que realmente se trató de un error de unos traficantes que buscaban venganza. Otra versión señala que los Arellano Félix apuntaron contra el cardenal por sus críticas contra los narcotraficantes y sus cómplices y estaban supuestamente listos para ventilarlos en público.
Sin embargo, distintas versiones señalan que se trató de un crimen de Estado, debido a que Posadas Ocampo estaba a punto de revelar información importante sobre nexos de integrantes del gobierno mexicano con cárteles del narco.
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Fuente: infobae.com