Los cholets de El Alto dejan maravillados a los miembros de la Fundación francesa Cartier

 El referente del arte Alain Dominique Perrin llegó a El Alto (La Paz) para visitar los cholets de Freddy Mamani. 

Los cholets dejan maravillados a los miembros de la Fundación Cartier

 

Recorrido. Integrantes y el creador de la Fundación Cartier, Alain Dominique Perrin (chaqueta gris) en un cholet.
  

Maravillada, así quedó una delegación de la Fundación Cartier de París que visitó ayer tres cholets de Freddy Mamani. Alain Dominique Perrin, el creador de la entidad y un referente del arte mundial, aseguró que esta iniciativa andina es “fantástica”.



Alain Dominique Perrin es una institución en París y el mundo. Fue reconocido con la legión de Honor  y la Orden Nacional del Mérito en Francia y en sus 77 años de vida se ha codeado con los máximos representantes del arte y la política. Llegó recientemente al país para visitar los cholets de Mamani.

No tuvo ningún reparo en subir a una cabina de la Línea Morada de Mi Teleférico y vio cómo las ciudades de La Paz y El Alto crecieron en estos años. “Vine a Bolivia en 1966, vivía en Argentina porque era estudiante, desde aquel entonces todo cambió mucho. Antes no había cholets, me parece fantástico”.

El coleccionista de arte contemporáneo, obras del siglo XVII y automóviles de los años 50 y 60 fue el creador de la Fundación Cartier. Ayer, nueve personas de esta entidad lo acompañaron en el recorrido por tres obras de Mamani. La primera visita fue a una edificación en construcción, en el barrio 6 de Junio. Luego, a unos 600 metros, ya sobre la avenida Kantuta, los franceses pudieron tomarse fotos en los salones concluidos de dos cholets.

Alain Dominique Perrin ya antes había tenido un acercamiento a estas obras, puesto que conoció a Mamani en la exposición Geometría Sur, el año pasado. “Freddy siempre será bienvenido a París, todos quedaron encantados con su arquitectura”, resaltó.

Otro de los ilustres visitantes de los cholets fue el embajador de Francia en Bolivia, Denys Wibaux. “Es la primera vez que puedo entrar dentro un cholet y es impresionante. Hay una diversidad de colores, de creatividad, es muy interesante… Al ingresar uno ya respira alegría”, afirmó el diplomático a La Razón durante el trayecto.

Mamani explicó que en el segundo piso están los salones de fiestas, que se destacan por su combinación de colores, detalles de flores y círculos en los techos. El precio promedio de estas construcciones está entre Bs 200 y 500 mil porque el trabajo es artesanal.

En el recorrido, los asistentes dijeron que los cholets son una “maravilla” de la construcción. Alain Dominique Perrin, un referente de maravillas, coincidió con ellos.

La Razón/ Ibeth Carvajal / El Alto