Destrucción de la moral pública

Jimmy Ortiz SaucedoNo es que me la quiera dar de moralista, pero me alarman los extremos a que nos está llevando el Estado pluricocalero. ¿Qué país estamos dejando a las nuevas generaciones?

En los últimos 13 años la moral pública se ha deteriorado significativamente, lo siente el ciudadano en las calles, se lo discute en las tertulias. Pero lo que más preocupa, es la escasa importancia que nuestras autoridades le asignan, como si fuere un asunto de poca monta.

En tiempo de nuestros abuelos se estudiaba en las escuelas el Manual de Carreño, donde se enseñaban los deberes morales, por eso teníamos una sociedad más decente. No se cosecha lo que no se siembra.



La moral es el parámetro que marca el verdadero grado de evolución de una sociedad; es, por lo tanto, un tema básico para el progreso y bienestar de los pueblos; incluso para la subsistencia de los estados.Una investigación en los medios, da el siguiente resultado: Evo Morales admite por primera vez que sus cocaleros destinan coca al narcotráfico (El País 17-10-10). Trece estudiantes hallados con droga van a juicio (eju.tv – El Deber 02-10-13). Exjefe policial boliviano preso por narcotráfico, vinculado con ‘El Chapo’ (Expansión 09-03-15). Bolivia: el millonario caso de corrupción que involucra a exministros, parlamentarios y dirigentes del partido de Evo Morales (BBC Mundo 06-12-15). Evo Morales, implicado en un escándalo por tráfico de influencias – caso Zapata (El País 01-03-16). El 51,9% de mujeres solteras mayores de 15 años han sufrido violencia (INE 16-02-18). Bolivia obtiene su peor calificación sobre percepción de corrupción de últimos siete años (Página Siete 30-01-19).La destrucción de la moral pública será el legado más nefasto que deje el populismo cocalero en Bolivia, así como en el continente lo está dejando el Socialismo Siglo XXI, de Lula da Silva y Cristina Kirchner. Insto a los conductores de nuestra sociedad, a dar la cara por ella, así como a las familias, escuelas, colegios, universidades y medios de comunicación. No permitamos que la inmoralidad se endiose en nuestra sociedad. No permitamos que el dinero y los bajos instintos nos dominen, recuperemos la decencia, legada por nuestros ancestros.

Fuente: El Deber