Cualquier político que se precie debería saber a estas alturas que la guerra contra las redes sociales está perdida. Mucho más si lo que se busca es controlarlas, censurarlas y peor todavía, caer en el ridículo de perseguir y enjuiciar a todos los que elaboran memes, videos y tantas otras formas que han inventado los internautas, que suelen duplicar la dosis cuando surge alguien que los enfrenta. El pasado reciente está lleno de ejemplos de las palizas que han recibido los dictadores a manos de los usuarios de Facebook, de YouTube o Twitter, el nuevo foro mundial de la democracia, el gigantesco escenario de la libertad de expresión, donde se hace posible algo que el presidente norteamericano Woodrow Wilson pronosticó en los años 20 del siglo pasado. Él decía que el mejor gobierno que puede existir es el de la opinión pública, cuando esta existe. Lamentablemente, las mentes dictatoriales siempre han tratado de evitar que surja esta inteligencia colectiva que no hace más que exigir mandatarios más eficientes y menos corruptos. Hoy eso es inevitable gracias a las redes.
Fuente: eldia.com.bo