La suerte de YPFB

Humberto Vacaflor Ganam

Nació después de una guerra, se fortaleció después de una guerrilla, tuvo grandes ingresos con el súperciclo, pero ahora está convertida en una empresa importadora de gasolina y diesel: pobre YPFB.

En 1990 hizo el descubrimiento del más grande campo gasífero del país, que ahora está expirando debido a que fue sobreexplotado.



La propaganda que ha hecho este gobierno sobre la “nacionalización” no ha ayudado a la empresa, pero la ha sobrecargado de empleados inútiles.

Entre 2007 y 2018, la empresa recibió ingresos por 5.900 millones de dólares pero igual sigue delegando todas las tareas a empresas extranjeras, dice el estudioso Raúl Velázques.

Y ahora debe pagar 1.197 millones de dólares a esas empresas petroleras por concepto de “costos recuperables” de 2018, un monto un poco mayor a lo que pagó Argentina por el gas ese año: 1.180 millones.

Además, según parece inevitable por combinaciones políticas y electorales, tendrá que pagar 133 millones de dólares a Repsol por el pozo Boyuy-X2, que llegó a los 7.963 metros de  profundidad pero no encontró nada. Batió un récord, aseguran las autoridades, pero en vano. Y no hay premios por esas plusmarcas.

En estos días debe pagar a los ingenios azucareros por el alcohol que ha decidido añadir a la gasolina para reducir un poco el costo de las importaciones.

Debe pagar 130 millones de dólares a Brasil: una multa por no haber enviado los volúmenes de gas solicitados por ese país. Llovido, y mojado: ese monto refleja el dinero que dejó de recibir YPFB: lo que duplica el monto del perjuicio, según Carlos Miranda.

Los ingenios azucareros estaban a punto de frenar la zafra de este año porque todos sus tanques están repletos con el alcohol del año pasado, que YPFB se comprometió a comprar.

Este mes ha tenido que contratar a 800 nuevos empleados sin necesitarlos, y solo porque el gobierno lo ordenó. Son jóvenes masistas que hicieron un curso acelerado en Cuba y España.

La crisis podría empeorar. Se usa el alcohol con la gasolina porque no se produce gasolina en el país y es preciso rebajar la factura de sus importaciones. Una de las dos refinerías tendría que cerrar operaciones porque no hay suficiente crudo. Y es imposible importarlo por varias complicaciones.

En fin, que la empresa estatal del petróleo, estratégica y todo, convertida en una agencia de empleos para un partido en apuros electorales.

Cerrarla resultaría menos perjudicial para el país.

Fuente: Vacaflor.obolog.com