El líder de Pink Floyd vende todas sus guitarras para luchar contra el cambio climático


Inspirado por las activista Greta Thurnberg, David Gilmour ha recaudado 18,6 millones de euros liquidando 126 guitarras con las que se grabaron discos como ‘Dark Side of the Moon’.

David Gilmour

La Fender Stratocaster negra de David Gilmour es una guitarra tan legendaria que tiene su propio libro: The Black Strat. Con ella se grabaron discos como The Dark Side of the MoonWish you were here o The Wall, y algunas de las canciones más icónicas de Pink Floyd en la época de Roger Waters como líder. Apareció en los escenarios desde 1970 hasta casi los 90, y fue una de las protagonistas de la reunión del grupo a principios de siglo. Desde hace unos días, tiene también el extraño privilegio de haberse convertido en la guitarra más cara de todos los tiempos: 3,5 millones de euros. El vendedor ha sido el propio Gilmour, que también ha liquidado otras 125 guitarras, toda su historia musical. Para recaudar 18,6 millones de euros que ha destinado a la lucha contra el cambio climático.

Gilmour, que entró en Pink Floyd en 1968 como sustituto del enfermo Syd Barrett, ha explicado que hay un motivo para deshacerse, a sus 73 años, de su impresionante colección: «La crisis climática global es el mayor desafío que la Humanidad habrá de afrontar, y nos quedan pocos años para que los efectos del calentamiento global se vuelvan irreversibles. Como explicaba este año en un discurso la activista climática sueca de 16 años Greta Thunberg, «o bien elegimos seguir adelante como una civilización, o no lo conseguiremos». (…) Necesitamos un mundo civilizado que siga adelante para que nuestros nietos y los que les sucedan puedan usar estas guitarras y cantar canciones».

El músico es un pragmático convencido: no cree en dios alguno, en la vida después de la muerte o en apegarse a mementos como sus guitarras. Los mismos rasgos de personalidad que le han llevado a donar el dinero a ClientEarth, una ONG internacional que “trabaja en todo el mundo usando el Derecho para pelear contra el cambio climático y proteger a la Naturaleza», en palabras de su director ejecutivo, James Thornton. «Este donativo supone un enorme empuje y apoyo a nuestros esfuerzos para garantizar un planeta habitable y sostenible para las generaciones venideras». En nuestro país, ClientEarth suele asociarse con el IIDMA, con el que comparte la misma visión que Gilmour: que el derecho y la norma son herramientas esenciales para afrontar la emergencia climática y defender el medio ambiente.



Por su parte, las guitarras tuvieron una despedida a la altura: una gira por Los Angeles, Londres y Nueva York y Londres para que miles de fans pudiesen apreciar la colección antes de la subasta, organizada por Christie’s en un acto en el que había registrados más de 2.000 posibles compradores de 66 países distintos, y que reunió a más de medio millón de espectadores. La Martin de 12 cuerdas de Wish you were here, o la Gibson Les Paul del solo de Another Brick in the Wall (part 2) se encontraban entre los instrumentos de los que se ha deshecho Gilmour para intentar contribuir a la salvación del planeta.

Aunque la más destacada sigue siento la Strat Negra, la Black Strat, que Gilmour compró en Nueva York un día de 1970 en una tienda neoyorquina cerca de Times Square. Ha sufrido tantas modificaciones que apenas se conservan el cuerpo original y un par de piezas. Y estuvo cedida durante casi una década a un Hard Rock Cafe en Dallas, de donde volvió en un estado lamentable que obligó a una restauración completa. Gilmour sólía bromear con que el tratamiento que le daba a su guitarra era la muestra de que «no hay nada sagrado», una premisa que ha llevado hasta las últimas consecuencias deshaciéndose de un instrumento que es sinónimo de los mejores discos de Pink Floyd.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Los 3,5 millones de euros que se han pagado por la Strat Negra han pulverizado los dos récords anteriores de guitarras célebres: el de la «Gibson perdida» de John Lennon, que estuvo desaparecida 50 años después de que se perdiese tras un concierto en 1963, y por la que se pagaron dos millones de euros… Y otra Strat, aunque esta no la había tocado nadie: una guitarra a estrenar firmada por una veintena de estrellas del rock (incluyendo Mick JaggerPaul McCartney o Eric Clapton) para recaudar fondos tras el tsunami de 2004, y que alcanzó 2,3 millones de euros.

Fuente: revistavanityfair.es