Ley: artistas ven discriminación en anteproyecto del Ministerio


La Ministra de Culturas ratificó ayer que no se aprobará nada que no esté consensuado, pero que las observaciones deben ser planteadas en los congresos sectoriales.

Carla Hannover  / La Paz

Miembros del movimiento de artistas autoconvocados Resiliencia, que aglutina a creadores principalmente de Santa Cruz,  llevaron  ayer al Ministerio de Culturas un documento   en el que plasman  sus observaciones al anteproyecto de Ley del Artista,  que entregó el Ministerio de Culturas el pasado 5 de junio. Identifican discriminación, incoherencias y contradicciones  en algunos de los artículos planteados.Consultada sobre el tema, la ministra del área, Wilma Alanoca, aseguró  ayer a este medio que en ningún momento su despacho “va a imponer nada, ni mucho menos aprobar nada que no esté dentro del consenso”.Además,  señaló que para evitar susceptibilidades e interpretaciones erróneas, el pasado 5 de junio en plena reunión se entregó de manera oficial y formal a los más de 80 representantes de sectores artísticos de todo el país el documento base,  que fue trabajado por los artistas.“Pueden estar  o no de acuerdo con dichas propuestas, pero son el fruto del trabajo de los propios  artistas. En esa última reunión definieron seguir construyendo la ley en congresos sectoriales, departamentales y uno nacional, sobre la base de ese documento para cambiarlo o   perfeccionarlo de manera consensuada”, indicó la ministra.En ese sentido, considera que las observaciones deben ser debatidas en los espacios gremiales creados para el efecto.  Los puntos observadosEl artista Óscar Octavio Sosa Quiroga,  miembro del movimiento Resiliencia, explica que para  construir una ley no son solo necesarias  bases. “Se debe tener  la metodología y plantearla  bien  para que todos los sectores  estemos integrados”.   En ese sentido, señaló que si bien no rechazan la elaboración de una Ley del Artista, no apoyan este anteproyecto porque consideran que “no se hizo bien”.Discriminación e incoherenciaDespués de un análisis del documento junto con expertos de la Universidad Católica en Santa Cruz, Sosa junto con los miembros del colectivo Resiliencia identificaron rasgos de discriminación e  incoherencia en el texto.“En el artículo  5, por ejemplo,   el anteproyecto también  es discriminador. Crea un órgano rector que reconozca al artista  y que da pie a la  reglamentación sobre la segmentación de lo que es o no ser un artista. Además, en el artículo 7, inciso C, plantea la observancia  conducta ética profesional  como deberes de los artistas y también se abre la puerta para una reglamentación de lo que se considera ético y profesional”, señala Sosa.Por otro lado,  observan que aunque  el objeto del anteproyecto  de ley en el artículo primero mencione   que se  reconoce y promueve los derechos  y deberes de los artistas, esto “no  coincide con el resto del anteproyecto, pues  no proporciona más derechos de los que todos tenemos como seres humanos. En contraparte restringe y aliena la producción artística”, indicó.Señaló que en el apartado de Principio y Distinciones “también se toma el arte como una herramienta de construcción identitaria y al artista como un canal de propaganda ideológica. Eso quiere decir que el artista estaría o su producción tendría que responder a ciertas características que el Gobierno y el órgano rector son los que van a dirigir estas acciones”.Otro de los grandes problemas que identifica, está en el registro de artistas. “No existe la forma de salir del registro, una vez que uno se inscriba.  Allí ya encontramos el gran problema, pues este órgano rector podría censurar nuestra producción artística y el arte no está condicionado a la producción política e ideológica”, aseveró el miembro de este movimiento.En cuestiones de derechos y deberes, el anteproyecto de  ley no reconoce más derechos que los que da la Constitución Política del Estado. “Nos  permite la libertad de ideas, valores  a partir de su realidad e identidad cultural, pero restringe esta libertad de identidad cultural olvidándose de demandas como salud y jubilación. Una ley no debería estar para regular la actividad artística y cultural, sino para  reconocer y respaldar al artista como trabajador”, concluyó.Fuente: https://www.paginasiete.bo