TRAGEDIA DE MINEROS BOLIVIANOS EN TOCOPILLA, CHILE.
Todo estaba oscuro. Pero su luz interior permitió que no perdiera la fe. No tenía hambre ni sed, ni sueño. Dormía poco, solo minutos. Estaba atento a los trabajos que se hacían y él tenía otro plan. Quería derribar las piedras por su cuenta. Sentía que tenía fuerzas, pero pensó y decidió no hacerlo. No quería provocar más derrumbes. “Solo me quedaba esperar. Escuchaba lo que hacían, sabía que estaban haciendo todo lo que podían (para rescatarnos)”, dice.Los tres mineros habían ingresado a la mina de cobre el mediodía del jueves. Trabajaron durante cuatro horas. Su misión era instalar unos equipos de perforación, tarea que la cumplieron en ese tiempo. Fernando Condori, hermano de Leonardo, se enteró a las 19:00 del accidente. Fue de inmediato al lugar y se encontró con un equipo de rescate. Varias instituciones habían llegado hasta ahí. Pero lo más importante fue que los mineros de Tocopilla se unieron para colaborarlos.Labores de rescateManuel Peña es un minero chileno. Él tiene equipos y dos minas, pero trabaja al interior como un minero más. Él fue quien descubrió el cuerpo de Denny el sábado temprano. Y luego de un tiempo tuvo el primer contacto con Leonardo. “No tengo lámpara, no tengo lámpara”, fueron las primeras palabras del minero superviviente, que en ese momento solo tenía moretones en los brazos. “Le dije que si veía las luces, me dijo que sí. Fue un sentimiento impresionante. Uno estaba con vida, aunque antes recuperamos el cuerpo del chiquillo (Denny)”, relata Peña.Marco Antonio Díaz, intendente de Antofagasta, fue quien confirmó ayer que Salomón estaba muerto. Luego de tres días de arduo trabajo por fin se había dado con los tres mineros. Uno de ellos con vida. Los fallecidos, padre e hijo, según Leonardo, perecieron debido al sentimiento familiar. “Insisto en que le dije a Denny que no vaya, no sé por qué no me hizo caso. Podíamos ver qué hacer para ir por su papá después”, lamenta.
Salomón estaba atascado un piso más arriba. No había cómo llegar al lugar en ese momento, pero Denny decidió ir por su padre. Según la investigación, el hijo fue arrastrado por el segundo derrumbe y pudo morir de inmediato. El papá, que ayer fue encontrado, prácticamente seguía en el mismo lugar. Todos estaban a 70 metros de profundidad, aproximadamente. El cuerpo de Denny está en la ciudad de Antofagasta, donde fue sometido a autopsias de ley.El viceministro de Gestión Institucional y Consular, Raúl Castro Cuéllar, fue el encargado de coordinar el rescate con los equipos chilenos. Permaneció en el campamento ni bien llegó a la mina junto al cónsul boliviano en Calama, Severino Atahuichi. “Estamos gestionando para que los cuerpos sean repatriados. Como Gobierno ayudaremos a las familias en todo lo posible”, detalló Castro.La familia Veizaga pide viajar junto a los cuerpos desde Antofagasta. No quieren regresar a Bolivia vía terrestre, ya que los cuerpos llegarían antes y no podrían recibirlos en Santa Cruz. Piden al Gobierno ir en el mismo avión en el que vuelvan sus seres queridos.