Miguel Angel Marañon Urquidi
El 11 de julio de 2019, se reunirán en Moscú los presidentes Vladimir Putin de Rusia y Evo Morales de Bolivia, en la cual se tratarán once puntos importantes que van desde el tema militar, tren bioceánico hasta acuerdos que beneficia el empresariado privado sobre todo del oriente del país.
Recordemos que el gobierno de Putin no es izquierdista mucho menos socialista, este gobierno Ruso promueve el comercio mundial activo y es uno de los que públicamente criticó a Trump por el proteccionismo a su economía, aliado estratégico de China, Irán y Turquía, acérrimo defensor de Cuba, Venezuela y Nicaragua, tiene más de 170 millones habitantes, vale decir que es un mercado consumidor muy importante.
La reunión del 11 de julio tiene por objetivo el concretar la exportación de carne vacuna a Rusia, convenio que involucra al empresariado privado oriental, que deberá demostrar la calidad e inocuidad de la carne que producen, no hay monto mínimo ni máximo, el convenio estipula que se exportará carne vacuna de acuerdo a la demanda de la población rusa, vale decir que el empresariado deberá “ganarse” la confianza de este mercado.
También se tratará el tema hidrocarburífero, sobre todo la participación de la estatal GAZPRON (con una primera inversión de $us1.200 Millones) en convenios de exploración, explotación y comercialización de los hidrocarburos, también tocarán el tema de fertilizantes donde proponen que YPFB sea socia de GAZPRON para exportar UREA, sobre todo al Brasil; asimismo, la planta nuclear que se construye en la ciudad de El Alto, es con tecnología rusa, la cual prevé entrar en funcionamiento a mediados de 2020.
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Militarmente Rusia se constituye en el “equilibrio mundial” frente al intento de la hegemonía de los EE.UU., en este aspecto el acuerdo también contempla la ayuda con tecnología militar, es bueno destacar que Rusia propuso que Bolivia se convierta en país miembro de la Unión Económica Euroasiática (UEE), la cual en su punto más importante establece que si un país miembro es agredido militar o económicamente toda la Unión tomará acciones de hechos para contrarrestar estas agresiones.
Surgirán los eternos analistas, que en su afán de predecir la crisis económica (desde hace 14 años), tratarán de encontrar aspectos negativos de los viajes presidenciales, saldrán a la palestra diciendo que Evo se da grandes viajes de turismo con la plata de los bolivianos, también querrán hacer creer a los bolivianos que estas negociaciones con países asiáticos son inútiles e ineficaces, ya que para ellos el único mercado que merece la participación de Bolivia es el norteamericano.
Los viajes de nuestro presidente se convierten en mayores oportunidades e ingresos que van diversificando nuestra economía, ya tenemos el mercado chino para exportar carne vacuna, con la opción de ampliar a otros productos agrícolas e industriales (solo como ejemplo).
Sin lugar a equivocarme, Bolivia vive como nunca antes la gran oportunidad de ser parte integrante (sobre todo como proveedor) de grandes mercados que demandan productos de calidad, ahora sí podremos ver la capacidad e iniciativa de nuestros empresarios privados para convertirse en exportadores mostrando al mundo que los bolivianos somos capaces de competir a nivel internacional.