José Luis Vega López
Digan lo que digan o pretendan justificar, ya no queda duda que fue la mano del hombre la que inició los incendios en la Chiquitania. Todo por distribución de tierras, ambiciones políticas y para habilitar terrenos de cultivos y pasturas.
Hasta el momento de escribir este artículo ya sobrepasamos los tres millones de hectáreas quemadas y están latentes más de cincuenta grandes incendios en la Chiquitania.
Millones de insectos calcinados, biodiversidad y ecosistemas destruidos, cientos de animales quemados y los que sobrevivieron buscando donde habitar, casas en cenizas, lamentables pérdidas humanas, cientos de bomberos heridos que tendrán secuelas en su salud por el humo tóxico que inhalaron sus pulmones. Cientos de voluntarios conmocionados por el dantesco espectáculo que les tocó observar y dolidos por la impotencia de ver que pese a su gran esfuerzo y sacrificado trabajo, el fuego no disminuyó.
Cuántos bolivianos nos imaginamos con lágrimas en los ojos una película de horror, de animales de todas las especies corriendo desesperados para que no les alcance el fuego, los más lentos como las tortugas y las serpientes que no pudieron escapar de las gigantes llamas de fuego, murieron calcinadas, las aves que lograron volar se elevaron en el aire y dejaron a miles de pichones que se quemaron sin que les crezcan sus alas. Los animales que lograron escapar están buscando agua y si la suerte los acompaña llegarán hasta un bosque para salvarse, siempre que no esté allí nuevamente el maldito hombre, con sus dientes verdes, su rostro deformado por su pómulo hinchado, sus ojos rojos inyectados de sangre, listo nuevamente con su antorcha, para prender el fuego e incendiar el bosque. Nunca habrá perdón para este ECOCIDIO.
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El hombre destruye y la Naturaleza renace, este es el increíble milagro que solo ocurre en nuestro planeta, para entender esta alquimia, el milagro del ciclo de la vida, citaremos importantes y singulares datos de los investigadores y científicos.
Fue durante la Pangea (Supercontinente) hace 335 millones de años, donde crecieron los árboles a gran escala, esto provocó que la atmósfera tuviera más oxígeno que en cualquier otra época y los insectos eran de gran tamaño. Después en el periodo donde los árboles reinaban se le llamó El Periodo Carbonífero. Sin embargo al principio estos árboles eran tóxicos porque nacían, crecían y morían liberando el oxígeno pero no el dióxido de carbono de sus cuerpos que se fosilizaron debido a que las bacterias y los hongos tardaron miles de años en evolucionar.
En el mundo Pérmico, hubo un evento de masacre sin paralelo. La muerte estuvo tan cerca de reinar la tierra suprema en este mundo en los siguientes 250 millones de años. Las erupciones en la actual Siberia duraron cientos de años. La lava fluyó más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados.
Cantidades enormes de bióxido de carbono emanaron de las fisuras volcánicas, y el gas invernadero calentó el clima y es aquí donde los bosques enterrados (ya fosilizados) en el periodo carbonífero volvieron a entrar a la historia del planeta y de la vida.
Los cincuenta millones de años de intermedio entre el periodo carbonífero y el pérmico hicieron de los fósiles un depósito de carbono y el calor de las erupciones hornearon el carbono donde emanó el metano y otros gases ricos en sulfuro, el suelo repleto de partículas tóxicas y cenizas radioactivas del humo de carbón contaminaron la atmósfera y desestabilizó el clima en la tierra. Las temperaturas descendieron hasta el nivel de congelación.
Años de frío gélido alternados con milenios de calor abrazador diezmaron una población decadente de plantas y animales. No tenían oportunidad de adaptarse a los cambios dramáticos del clima.A medida que continuaba el calentamiento global las aguas superficiales y profundas del océano se mezclaron y elevaron la temperatura del agua una vez gélida, los metanos congelados del cielo comenzaron a derretirse y como el gas metano atrapa el calor más eficiente que el dióxido de carbono, el clima se volvió más caliente, entonces el metano destruyó la capa de ozono de la estratosfera que protege la vida de los rayos ultravioleta que son mortales.Este evento provocó que el sistema circulatorio del océano planetario se detuviera. Las aguas estancadas tenían un nivel muy bajo de oxígeno lo que mató a casi todas las especies del océano.Más un tipo de vida floreció en estas adversas condiciones, un tipo de vida en un ambiente brutal que terminó con la última ficha de la teoría del caos en este período. La vida tardó mucho en recuperarse.El ciclo de la vida continuó y continuará por siempre, los bosques de la Chiquitania florecerán, el poder de la tierra es incalculable.Solo tenemos que pedir a los que ejercen autoridad, que encarcelen a los incendiarios.* fuente de datos científicos Google y National Geographic.José Luis Vega López es periodista