Cabildos: Vox Populi, Vox Dei

Roberto Méndez

En la recta final de una aburrida campaña electoral, de cara a los comicios de este 20 de octubre, debemos destacar la asistencia masiva a los Cabildos, como una genuina expresión de descontento, en algo que podríamos interpretar con la voz latina, “Vox Populi, est Vox Dei”.

El Cabildo del 4 de octubre en Santa Cruz sorprendió inclusive a un debilitado Comité Pro-Santa Cruz que lo convocó, a pesar que los



organizadores de los otros tres cabildos anteriores,  o se encontraban militando o compartiendo jugosos negocios con el gobierno de Evo Morales o callados o amedrentados por tantos procesos judiciales.

El común denominador de todos fue que se celebró a los pies del Cristo Redentor, como se hicieran los otros tres: el 22 de junio del 2004 por “Autonomía y trabajo”; el segundo el 28 de enero del 2005, en el que se conformó la Asamblea Provisional Autonómica y se dio pie a la elección de los 9 prefectos del país; el tercero fue el llamado “Cabildo del Millón”, el 15 de diciembre del 2006, para consolidar la autonomía departamental en la nueva Constitución Política del Estado que iba a aprobarse en el 2009.

Desde entonces el pueblo cruceño estaba callado, perseguido, sumiso o tal vez resignado a convivir con el presidente Evo Morales, quien desde el principio nos dijo “separatistas, terratenientes, oligarcas y vende-patria”, o en negocios, como lo hicieron varios empresarios o militantes de la autonomía, incluyendo hasta los propios artistas que gritaron en las tarimas “autonomía carajo”, que terminaron con sus chalecos azules, cantando “Evo, Evo presidente” y llamándolo “Líder de las Américas”, en la campaña del 2014.

En ese contexto, 13 años después volvemos a manifestarnos en público, rompiendo una monotonía de una campaña, con encuestas poco creíbles porque las empresas que las elaboran y difunden deben ser autorizadas por un cuestionado Tribunal Supremo Electoral, sin canciones pegajosas que hacen añorar marchas de “El MIR triunfará, el pueblo canta ya nuestra victoria”, de años pasados; con ideas fuerza de las manos limpias de Oscar Ortiz o un “ya es demasiado”, de Carlos Mesa, frente a un “futuro seguro”, de Evo Morales,  comicios en el que tal vez lo más ingenioso fue combinar el nombre del candidato demócrata cristiano, Chi Hyun Chung, con la frase “Shi”, aunque lo que proponga sea descabellado como el tratamiento siquiátrico a los de la comunidadLGBT.

Por eso lo más sobresaliente son los cabildos celebrados también en La Paz y Cochabamba, el 10 de octubre, que tuvieron como característica también, poca cobertura de los medios de comunicación, los nacionales e internacionales, pero amplia difusión en las redes sociales.

Los cabildos abiertos eran una modalidad extraordinaria de reunión de los vecinos de las ciudades  hispanoamericanas y que se organizaban en

forma de Concejos Municipales, durante la colonización española, en caso de emergencias o desastres, pero que jugaron un papel importante en la emancipación de los países de grandes imperios como España, Francia e Inglaterra, porque se trata de la representación más genuina del pueblo de exponer sus necesidades.

Nuestra constitución política del Estado reconoce a los cabildos en el artículo 11, al establecer que somos “una república”, democrática,   participativa, representativa y comunitaria, y sus deliberaciones tienen carácter legal, si es que se ajustan a la forma, en este caso el aval del Tribunal Supremo Electoral, que en el caso del cabildo de La Paz, rehusó estar presente.

Reconocidos o no, el cabildo es la expresión del “Vox Populi (es) Vox Dei” y se constituye en una expresión de derecho de rebelión, como ha ocurrido en la “Primavera Árabe” que derrocó a varios gobernantes dictatoriales en Europa y África, el movimiento de “Los Indignados” en España, o “Los chalecos amarillos” en Francia, que confirman que la voz del pueblo, es la esperanza y es la voz de Dios.

Roberto Méndez, periodista y docente