Reconstruir al enemigo

El Masismo está desconcertado. Sobre ciertas bases injustamente preexistentes trabajaron con ahínco más de 15 años en construir la imagen del enemigo de Bolivia: éste era camba, empresario o últimamente médico, mucho mejor si era político o cívico y terrateniente y si su apellido sonaba a extranjero y tenía tez menos oscura que la del promedio, entonces contenía al perfecto traidor separatista, al que dirigían el odio de no pocos grupos influidos a conveniencia.Quién creyera que tanto esfuerzo haya caído en saco roto; a pesar de la cizaña sembrada, Bolivia está demostrando que une a más gente un discurso de amor que uno de odio. Que el verdadero enemigo del pueblo no tiene forma humana sino que es conceptual.Bastó un cabildazo con un discurso honesto, incluyente y de unidad para que nos reconozcamos iguales.¿Qué cara tendrá el nuevo enemigo que necesita reconstruir el MÁS para lograr algún tipo de cohesión y permanecer en el poder, ahora que el supuesto antiguo enemigo se ha vestido de bolivianidad?npetvFuente: Leonardo Leigue