Monseñor Scarpellini: Las renuncias y la violencia fueron parte de un «plan de desestabilización»


  • El obispo de El Alto, Eugenio Scarpellini, en una reunión anterior. | FIDES

El proceso de diálogo para pacificar el país tras las elecciones comenzó mucho antes del 10 de noviembre, cuando renunció Evo Morales y se disparó la violencia. Los primeros intentos ya arrancaron a fines de octubre, cuenta el obispo de El Alto, monseñor Eugenio Scarpellini.

El religioso formó parte del grupo de prelados de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEPB) que impulsó el diálogo junto a representantes de organismos internacionales.

En entrevista con Los Tiempos, Scarpellini comenta que en el país se buscó aplicar un plan de desestabilización. No da nombres de los responsables, pero pide “reflexionar sobre el proceso de renuncias progresivas” de las autoridades anteriores en medio de una violencia cada vez mayor e ingobernabilidad.



La entrevista completa la encuentra en: www.lostiempos.com

—La Iglesia católica ha sido uno de los actores para la pacificación y el diálogo. ¿Cómo ha sido este proceso?—Yo he sido parte de un equipo de la Iglesia que ha sido colaborado por gente de la diplomacia en Bolivia, la Unión Europea, la ONU y la Embajada de España. Somos un equipo que ha intentado acompañar este proceso de pacificación que empieza ya a fines de octubre, cuando viendo la situación que se estaba plasmando (…) (hemos) analizado qué se podía hacer y como Iglesia (asumimos) el desafío de convocar a sectores diferentes.La primera parte empieza con entrevistas y contactos con sectores diferentes, con algún ministro del MAS, con otras entidades diplomáticas, con movimientos sociales, y después llegamos a reunirnos hasta con personas que (…) eran oposición o exactores políticos que podían dar luces para este proceso.(Llegamos) hasta el momento (…) de la renuncia, cuando Evo Morales prácticamente dice que habrá nuevas elecciones, después del fallo (informe preliminar) de la OEA, y es ahí que entablamos un diálogo fuerte con todos los actores políticos del momento (…) . Todo el proceso fue marcado por la búsqueda, inicialmente, de garantías que los actores políticos nos pedían (…) Después nos pidieron una presencia fuerte para aclarar temas de las muertes violentas y heridos. (Hemos) garantizando una investigación imparcial, profunda y seria.Y de ahí se fue alargando un poco el tema viendo de qué manera podíamos ayudar en este proceso de transición para llevar a nuevas elecciones (…) El diálogo continúa (…) ayudando a que las partes vayan conciliándose y después de publicada la ley de convocatoria de las elecciones este continúa apoyando la ley de garantías constitucionales. Fue prácticamente un mes de trabajo, constantes reuniones, la primera parte de manera muy reservada, donde los medios de comunicación y la ciudadanía en general no se percataron que estábamos trabajando, y esto nos ha ayudado para trabajar y la segunda parte ya más pública.Quiero remarcar una cosa aquí importante: que hubo un apoyo fuerte de los distintos actores, políticos, de la oposición y oficialismo de aquel momento, quiero remarcar a la disponibilidad al diálogo de parte de los asambleístas del MAS, no así de otros actores. Las asambleístas si demostraron una actitud de querer pacificar al país.Diría que la dificultad más grande (…) fue entrevistarnos con los movimientos sociales, porque se dio un desconocimiento progresivo de los líderes a nivel social, por lo cual era complicado para nosotros sentarnos a dialogar con actores que tenían la capacidad de orientar, dirigir sus bases y ser representativos.

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—¿Con quién fue el primer contacto?—Fue con el ministro (Manuel Canelas, de Comunicación), luego con los operadores de la OEA, después con entidades diplomáticas presentes en Bolivia, con embajadas, esos fueron los primeros encuentros.

—¿Qué le dijeron al entonces ministro Canelas?—Nos sentamos para dialogar sobre lo que estaba pasando y de qué manera se podía ver el desenlace de una situación que estaba creciendo en tensión fuerte. Encontramos en el ministro una persona dialogante, que quería posibilidades de dar una apertura, una solución. En aquel momento se planteaba la posibilidad de una segunda vuelta, y el Ministro era partidario. (…) Después descubrimos que la otra parte del MAS se estaba radicalizando en la victoria definitiva del presidente Morales en primera vuelta y que indicaba unas posiciones diferentes en el gabinete ministerial.

—¿Además del ministro Canelas, quién más del Gobierno participó en el diálogo inicial?—Después entraron otras personas como la senadora (Adriana) Salvatierra, (la diputada) Susana Rivero y Teresa (Morales), fundamentalmente fueron ellas en la segunda parte.

—Hubo exministros que fueron interlocutores válidos…—Exactamente, eso es. Fueron interlocutores válidos en un comienzo, pero también honestamente hay que reconocer que eran interlocutores válidos para viabilizar ciertas cosas, pero percibimos como Iglesia que no eran interlocutores válidos frente a la pacificación y movimientos sociales. (Ellos) Admitían que no tenían voz como para dialogar con los movimientos sociales y darles orientación para que vayan pacificando.

— Se dice que todo se consultaba con México.—Es cierto, constantemente los exministros tenían una relación fluida con México y prácticamente recibían indicaciones. Una de las frases que me chocó es que quién podía tener un diálogo directo con los movimientos sociales, Chapare y dirigentes del El Alto y Cochabamba era simplemente Evo Morales.

—¿Y cuál era la posición de ellos en la etapa previa?—Primeramente, planteaban que Evo Morales tenía un rol político importante en el país, y (…) en la pacificación, estos eran un poco los planteamientos grandes que se venían dando y a raíz de eso venían todas las consecuencias, la posibilidad de volver, la posibilidad de encontrarnos en otros países cercanos, todas estas posibilidades eventualmente (…).

—Si tenemos que hablar de puntos álgidos en todo este proceso, ¿cuáles serían?—Primero, el tema de la transparencia en el proceso electoral. La gente sintió que por debajo había un engaño, no había claridad, por lo cual no aceptó vivir bajo este paraguas de engaño. El deseo de reestablecer profundamente una democracia que sea realmente representativa de una expresión popular, un primer elemento.Segundo elemento, que desembocó al final después de la no aceptación de los votos (…) una separación progresiva con la gente sencilla, de base, la toma de conciencia del rol protagónico de la gente de base, de los movimientos cívicos, de las agrupaciones, de estudiantes, de los jóvenes, de las mujeres.Lo que me parece también importante decir es que en este proceso lo que ha causado fuerte enfrentamientos es un resurgir de un sentimiento de discriminación (…) o polarización del país (que) ha hecho que haya un enfrentamiento y violencia muy grande.Otro elemento que ha habido (…) seguramente (fue) un plan para desestabilizar al país, es importante reflexionar sobre el proceso de renuncias progresivas con efecto dominó de personas involucradas en el anterior Gobierno. Se va Evo Morales y en cadena renuncian todos, como si quisiera dejar al país sin gobernabilidad y el (…) esfuerzo de entrar en una actitud de violencia, entonces, un país sin gobierno, sin garantía y con focos de violencia, para mí esto responde a un plan de desestabilización del país, que gracias a Dios se logró controlar y poco a poco solucionar.

—¿De quién fue el plan de desestabilización?—Es difícil ahora apuntar el dedo a personas se ha manejado muchas noticias (…) presencia de personas extranjeras, que han venido manejando este plan (y que estaban) relacionadas con la gente de la política, del Gobierno, para mí como Iglesia es complicado en este momento responder eso.

—¿Pero en todo caso si están enunciando autoridades del anterior Gobierno se podría indicar que de pronto el anterior Gobierno estaba a metido ahí?—Dejo a los lectores sacar las conclusiones, ¿me entiendes?

—¿Cree que el expresidente Morales fue una traba para este diálogo?—En ciertos momentos sí, sí.

TEXTUAL

«Yo siempre he dicho: en Bolivia no hubo golpe de Estado, el proceso de transición fue constitucional, hubo un intento de bloquear la sucesión constitucional cuando prácticamente provocaron la ausencia del quorum».

«Ellas (Adriana Salvatierra y Susana Rivero) eran las que al comienzo del diálogo ponían constante condiciones para que avance el diálogo y la transición constitucional del Gobierno».

«Si bien vimos constantemente los peligros, yo he creído que el diálogo iba a dar resultados positivos».

LOS TIEMPOS / Juan Eduardo Araos