La canciller Karen Longaric cumplirá una apretada agenda internacional en los próximos días. Estará en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para hablar del proceso de transición en Bolivia y sostendrá una reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Michael R. Pompeo.
En la página web de la OEA se confirmó para el jueves la presencia de Longaric en el Consejo Permanente del organismo. También sostendrá en Nueva York una reunión con el secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, y otra con embajadores para también hablar de la situación en Bolivia.
“Tratar de contrarrestar esa narrativa de golpe de estado que se encargaron de instalar Evo Morales y sus amigos, grupos de ultraizquierda, ese es el propósito, hablar de Bolivia, de la democracia, de las próximas elecciones, del próximo cambio de gobierno”, explicó en una entrevista con la red PAT.
Longaric confirmó la reunión con Pompeo, quien se contactó el 6 de diciembre con la presidenta del gobierno de transición Jeanine Áñez, para hablar de la relación bilateral.
«Hoy recibí la llamada de @SecPompeo (Pompeo) Secretario de Estado de Estados Unidos, con quien conversamos sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestras naciones y otros temas de interés común. Agradecemos el respaldo a nuestro gobierno de transición democrática», escribió Áñez en su cuenta de la red social Twitter.
Durante el gobierno del expresidente Evo Morales la relación de Bolivia con Estados Unidos era compleja. Se expulsó al embajador Philip Goldberg en 2008 y posteriormente a las agencias USAID y DEA. No se restablecieron las relaciones a nivel de embajadores, pese a la firma de un acuerdo marco.
La situación cambió con la asunción de Áñez. Este miércoles, el asistente adjunto del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y director principal para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone, llegó a Bolivia y se reunió con Áñez para expresarle el respaldo de la Casa Blanca.
Áñez asumió el poder el 12 de noviembre, dos días después de la renuncia de Morales, presionado por denuncias de fraude electoral en las elecciones del 20 de octubre, un paro cívico, un motín policial y la sugerencia del entonces alto mando militar de dimitir.