Fuente: paginasiete.bo
Madeleyne Aguilar A. / El Alto
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El Salón Gigante Magnate Vip, en la ciudad de El Alto, está repleto. Cientos de personas con coloridos atuendos, maquillajes brillantes y lentes con luces se mueven al ritmo de las mezclas que hacen los DJ. La mayoría de los asistentes del Electropreste, son jóvenes que vienen de la zona Sur de La Paz, también hay un grupo pequeño de mujeres de pollera con sus esposos y un importante número de extranjeros.
Sin siquiera hablar bien el castellano, americanos, europeos y asiáticos interactúan entre ellos. ¡Qué buena música!, comenta un estadounidense apenas entra la banda de música.
Ingresan osos de diablada, kusillos caminando en zancos y las chinas morenas, que con sus trajes modificados con luces marcan los pasos a todo el grupo. Todos las siguen.
La gente baila en el salón, en la planta alta y en las gradas. El público ya estaba alegre con los DJ invitados, pero con la música folklórica se emociona. A la diablada, le sigue la morenada, el tinku y el caporal. Todo modificado con un beat electrónico.
Sin ti yo viviré/Sin ti yo lloraré/Eres razón de mi vida/Que nunca olvidaré, canta Óscar Olivera, mientras baila con su grupo de amigos. Me encanta el caporal, confiesa.
Algunos asistentes son miembros de fraternidades folklóricas, así que saben los pasos. Para los extranjeros, en cambio, el ritmo es nuevo. Ellos piden a las muchachas que los guíen.
El Electroprestre es un evento organizado por Animal Print, Iva Alvestegui, Koko Bedregal y presentado por Paceña. Tiene como objetivo lograr una fusión cultural entre la movida electrónica y la cultura andinoboliviana. El estilo lo logró, pero los asistentes en su mayoría vienen de la urbe paceña. Muy pocos son de El Alto.
El estilo folklórico se ha sentido desde que esperaban el bus en la plaza Humboldt, pues la gente llegó con trajes de aguayo, de pepinos y con sombreros de cholita. Además en la puerta los recibieron con mixtura y serpentina.
Por ser un evento electrónico predominan los colores fosforescentes. Incluso, de manera gratuita, había gente que pintaba los rostros de los asistentes de rosa, verde y blanco, con detalles de brillantina. Todo eso resalta cuando los DJ ponen sus mezclas y sólo hay luz negra en el salón.
A los pocos invitados de raíces aymaras los jóvenes les piden tomarse una foto, mientras que las cholitas piden a los extranjeros que posen para sus selfies.
Se pretende lograr que los asistentes se sientan orgullosos de su raíces e íconos culturales bolivianos, como los salones cholets y otros andinobolivianos, dice Aníbal Aguilar, uno de los organizadores. Esta es la quinta versión del evento.
Ante un salón con capacidad para unas 600 personas, tocan DJ T. (Get Physical Alemania), Animal Print, IVA, Villa Victoria Sound System, DJ Quien / MKTLW, Ex Génova (Maroon, Santa Cruz), Guille Ardaya (Maroon, Santa Cruz), Gentry, Sø, VJ Sirio (Cochabamba), VJ Ditto, VJ Screensaver. En la fiesta se toma cerveza, tanta como en un preste, y también singani. Para comer, en la puerta venden papas y galletas. El Electropreste termina casi a media noche. Los buses llegan a la zona alteña Villa Bolívar y llevan a los asistentes de regreso a La Paz.
Fuente: paginasiete.bo