Por la institución pasaron al menos seis directores y casi todos se fueron observados.
Hasta hace dos semanas, la mayoría de los bolivianos no sabía de la existencia de la Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento Médico (Aisem), sin embargo, desde hace unos días el nombre de esa institución pública descentralizada del Ministerio de Salud se puso en boca de todos por el escándalo de la compra con sobreprecio de 170 respiradores.
La Aisem fue creada durante el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), el 24 de agosto de 2017, mediante Decreto Supremo 3293. Con esa norma se la reconoce como institución pública descentralizada de derecho, con autonomía de gestión administrativa, financiera, legal, técnica y con patrimonio propio, la cual quedó bajo tuición del Ministerio de Salud.
El artículo tercero del decreto indica que la institución fue creada con la finalidad de ejecutar programas y proyectos de establecimientos de salud hospitalarios y de institutos de cuarto nivel de salud, como parte de las competencias otorgadas al Ministerio de Salud.
Pero, sobre todo, se justificó su creación para que se ejecute el Plan de Hospitales para Bolivia, que en primera instancia proyectó la construcción de 48 nosocomios en los nueve departamentos del país, los cuales ya tenían establecida una inversión que superaba los 11 millones de bolivianos. Este plan debía ser ejecutado entre 2016 y 2020, pero hasta la fecha se desconoce cuánto se avanzó en cada uno de los hospitales.
El plan detalla que hasta fines de este año se debía construir cuatro institutos de cuarto nivel, 12 hospitales de tercer nivel y la construcción, ampliación y equipamiento de 31 hospitales de segundo nivel en todo el país.
El año pasado, Página Siete informó que la diputada Isabel Bustamante denunció que pese a que el Plan de Hospitales se presentó en 2015, hasta 2019 sólo se había entregado siete nosocomios, cuando por lo menos debía haberse entregado el 40%.
Por la Aisem pasaron al menos cinco directores ejecutivos. El primero estuvo entre agosto y octubre de 2017. Luego llegó Miguel Saravia, uno de los que permaneció más tiempo ya que fue posesionado el 9 de octubre de 2017 y fue relevado por Rodrigo Stepa, quien asumió el cargo el 11 de diciembre de 2019, ya con el Gobierno de Jeanine Añez.
Sin embargo, Stepa dejó el cargo luego de ser cuestionado porque también era representante legal en Bolivia de la empresa constructora austriaca Vamed Engineering GMBH, que debía diseñar, edificar y equipar el Oncológico en el municipio de Tolata, poblado donde ni siquiera había alcantarillado, por lo que se rescindió el contrato.
Su sucesor fue Carlos Alberto Gutiérrez, quien juró como director, pero al no ejecutar los proyectos fue destituido y reemplazado por Alberto Subirana, quien tampoco estuvo mucho tiempo en el cargo.
El 29 de abril fue posesionado Geovani Pacheco como máxima autoridad. Pero casi un mes después de estar en el cargo fue aprehendido por la compra con sobreprecio de 170 respiradores de procedencia española.
Pero las críticas por incumplimiento de programas y la reciente adquisición irregular de equipos no fueron los únicos escándalos que tuvo la Aisem, ya que la institución este año hizo la entrega al Hospital del Tórax de dos lotes de equipos médicos que no eran requeridos y ni tenían las especificaciones solicitadas.
El director de ese nosocomio, Edgar Pozo, denunció que como los equipos de terapia intensiva no eran los que requería el nosocomio —ya que no se adaptaban a la estructura requerida— fueron devueltos mediante notas a la Aisem.
Fuente: paginasiete.bo