El virus agotó Guayaramerín y en Riberalta ataca a los médicos

Los bancos recién habilitados no logran cubrir la demanda en la población beniana y la cooperativa de agua está en déficit. Riberalta pide ayuda a las autoridades.

 



Ivone Juárez  /  La Paz

En sólo tres semanas, la pandemia del coronavirus dejó agotada a Guayaramerín, Beni. A su paso, además de  devastar el precario servicio de salud del municipio, dejando al menos un centenar de  muertos e infectados a gran parte de la población,  ahora pone en evidencia la debilidad de los servicios financieros y empuja a una crisis en la provisión de agua potable. Hace unos días, la enfermedad pasó a Riberalta, a 45 minutos de Guayaramerín, y lo primero que hizo fue atacar a los médicos: 100 ya  tienen la enfermedad y 120 tienen los síntomas.

“El 14 de mayo se presentó el primer caso en Guayaramerín, pero en la primera semana de junio vino el azote. No tenemos datos oficiales que demuestren los casos reales que tuvimos, ni las muertes, pero en los últimos días se presentaron menos casos. Ahora tenemos problemas con los servicios bancarios porque durante tres semanas no hubo atención y la gente no pudo cobrar los bonos ni sueldos; ahora hay filas enormes y gente molesta porque aún hay restricciones”, dice Paúl Pino, concejal de la Alcaldía de Guayaramerín.

A esto se suma que la Cooperativa de Agua Potable de Guayaramerín (Capag) comenzó a entrar en déficit y no cuenta con los recursos necesarios para adquirir el diésel necesario  para potabilizar el agua aprovisiona a la población.

El presidente del Consejo de Administración de Capag, Marcelo Matías Cardona, explica que la cooperativa dejó de percibir más del 70% de sus ingresos por el cobro del servicio, esto debido a la determinación del gobierno central de subvencionar el 50% de las facturas por el servicio de agua potable. Por el momento, la Alcaldía de Guayaramerín asumió el gasto, pero sólo del 50%.

“Bombeamos agua del arroyo Las Arenas con 15.000 litros de diesel al mes, el municipio tiene el deber de cubrir estos gastos en emergencia, eso dice la ley, pero sólo nos dará recursos para 7.000 litros de diésel, estamos en emergencia”, alerta.

El concejal Paúl Pino está en constante contacto con el alcalde de Riberalta, municipio a donde la pandemia ya llegó. Señala que el objetivo es compartir la experiencia que tuvo su región. “No queremos que cometan los errores que nosotros cometimos. Todo lo que estamos viviendo con el coronavirus lo está comenzando a vivir Riberalta”, afirma Pino.

El alcalde de Riberalta, Renzo Roca, alerta que la Covid-19 llegó a su municipio de la “peor manera”: atacando a los médicos. A esto se suma la carencia de respiradores y de reactivos para la realización de las pruebas del virus, por lo que en las últimas horas declaró desastre sanitario. Mira a las autoridades departamentales y nacionales y lanza un clamor: “¡Fijen sus ojos ahora en Riberalta!”.

“Tenemos más de 120 personas del personal de salud infectados y otros 100 son sospechosos.  La enfermedad nos entró de la peor manera, por los médicos. Ahora necesitamos todo: cilindros de oxígeno, medicamentos, personal médico; nuestro sistema de salud colapsó. Y dimos un paso atrás con nuestro laboratorio para las pruebas de Covid, porque se acabaron los reactivos y estamos mandando los exámenes a Trinidad. Pedimos a las autoridades que ahora fijen sus ojos en Riberalta. ¡Ayúndenos!”, insiste.

 El alcalde añade que Riberalta ya comenzó a contar las muertes de personas por falta de auxilio con oxígeno. “En el hospital de la Caja Nacional de Salud ya se registran muertes por falta de oxígeno. En el hospital centinela que armamos como Alcaldía tenemos todavía oxígeno, pero ya se nos acaba porque estamos proveyendo a todos”, señala  Roca.

Indica que hasta el viernes la región tenía contabilizados 308 casos de coronavirus, además 20 fallecidos. “Tenemos varios decesos en domicilios, pero no se puedo confirmar con pruebas de laboratorio si tenían la enfermedad”, añade.

El alcalde asegura que con los recursos que tiene, el municipio  comenzó a implementar más unidades de terapia intensiva, pero éstas son copadas de inmediato con los nuevos casos que surgen.

“Necesitamos medicamentos y médicos, necesitamos brigadas de emergencia;  se habilitaron vuelos aéreos para que pueda ingresar la ayuda”, insiste el alcalde Roca.

Guayaramerín “se curó sola”

El concejal de la Alcaldía de Guayaramerín Paúl Pino considera que la pandemia del coronavirus está comenzando a dar tregua en su municipio, pero asegura que no se debe a ninguna acción concreta de las autoridades, tanto departamentales como nacionales.

“Se está aplanando la cura, pero es por el contagio masivo en todas las familias; Guayaramerín se está curando sola porque fácilmente el 80% de la población ya se contagiada”, dice.

Pino contrajo la enfermedad, igual que la mitad de su familia. “Somos ocho personas en mi familia y, los cuatro adultos nos enfermamos”, indica.

Señala que ante la falta de pruebas de laboratorio, muchas personas optaron por las tomas de radiografías y tomografías para confirmar si tenían la enfermedad. Los que contaban con mayores recursos pudieron accedes a pruebas de laboratorios privados.

El concejal añade que la mayoría de la población se curó del virus en su casa, con medicamentos caseros y con “alguna medicación de atención primaria”.

Al referirse a los fallecidos revela que en el cementerio Covid que se habilitó en la región se enterró a casi un centenar de personas. Añade que en muchos de estos casos hasta la fecha no llegaron los resultados de los exámenes para confirmar si realmente los decesos fueron por la enfermedad.

Fueron semanas muy duras para los pobladores de Guayaramerín, porque además del azote de la enfermedad, no contaban con los servicios del sistema financiero, mientras que las farmacias no tenían medicamentos y los precios de éstos se dispararon.

“Creo que ya pasamos lo peor, pero la población sigue reclamando atención del gobierno departamental. Guayaramerín y Riberalta están tan alejados de la capital que, como siempre, nos llegaron migajas; ni qué decir del nivel central, que nunca se acordó”, afirma.

Pino reconoce que se recibió la visita de autoridades, pero asegura que ninguno de los compromisos que éstas asumieron se cumplió.  Afirma que la población  está muy agradecida con la ayuda que llevó la cooperación internacional y brigadas de médicos con medicamentos y atención especializada.

“Riberalta tiene un mejor sistema de salud y están más organizados. Les recomendamos trabajar con la atención primaria. Aunque llegará el momento en que todo se les saldrá de las manos, creo que tienen mayor planificación”, afirma.

Sin embargo, Paul  Pino está preocupado porque Riberalta tiene el doble de población que Guayaramerín y es el centro urbano de al menos cinco municipios que dependen  de sus servicios de salud.

Carencia de servicios

  • Bancos  En  Guayaramerín, el Banco Unión que paga bonos y sueldos del Estado sólo tiene una agencia y un cajero.
  • Agua  El pago por el servicio de agua potable cayó en un 70% y la cooperativa no tiene recursos para cubrir gastos de operaciones. Dos funcionarios murieron por Covid.
  • Oxígeno  Los centros Covid de Guayaramerín siguen necesitando oxígeno, 50 balones al día.

Fuente: paginasiete.bo