Las elecciones y el acre sabor de la coca y el poder

La historia económica nos enseña, que para que un pueblo goce de mayor riqueza y consecuentemente de mayor bienestar, hay que fomentar la actividad productiva sostenible, con nuevas tecnologías y liberándola de trabas y expoliaciones (impuestos y reglamentaciones confiscatorias), instaurando sistemas de administración con atribuciones delimitadas y un mínimo gasto público. De esta manera no se interfiere con el libre accionar productivo del pueblo emprendedor.

La gran mayoría de los políticos y la totalidad de los populistas no entienden esto, pues nunca han creado una empresa propia, arriesgando su patrimonio, desarrollado su capacidad de innovación y llevando a cabo un sueño. Nunca han enfrentado la necesidad de vender sus productos, lidiar con la legislación laboral, los impuestos, las regulaciones y demás cuestiones burocráticas que enfrenta diariamente cualquier empresa privada, asumiendo los riesgos de la empresa y los ciclos de la economía.



La historia también nos muestra que el sistema comunista, que es contrario a la propiedad privada y la libertad económica; generó, hambre, miseria, opresión y matanzas en todos los países donde fue aplicado.

Sin embargo extrañamente mantiene seguidores que constituyen una  activa fuerza política; una explicación para esto es que los comunistas y populistas son especialistas, y muy buenos, tanto para disfrazar esta nefasta realidad que ellos producen, como en cambiarle el nombre a esta miseria. Lo que verdaderamente no saben, no hacen y no les interesa, es como cambiar la triste realidad que producen y nos dejan como dolorosa herencia.

El Gobierno del MAS como todos los populistas, tiene a su servicio el “Think tank” Castrochavista y además por supuesto sus pozas de maceración cocalera especialmente en el Chapare y en sus áreas de expansión. (Un estanque de pensar populista, para exprimir a la gente y un estanque de pisar masista para exprimir la coca y a la gente).

Evo se maneja en Buenos Aires con el apoyo de este Think Tank populista y le pagan a un grupo de “ayucos” para que le manejen el tuit con el que se mantiene vigente en las redes públicas.

En septiembre próximo, por presión masista se vienen unas elecciones que cuidando su salud nadie desea y que se realizarán contra viento y mareavirus cocalero. Los masistas llevan ventaja pues no asumen ninguna responsabilidad de la economía arrasada que dejaron y que limita las acciones del actual Gobierno contra la pandemia. Tienen bajo sus órdenes al Poder Legislativo y Judicial que usan contra el Gobierno; además un discurso demagógico que gusta a varios sectores sociales. Su plataforma electoral populista cocalera garantiza: coca, narcotráfico, contrabando, impunidad y además un hábil manejo psicológico destinado a una colectividad que se siente discriminada y marginada por actitudes racistas de algunos criollos mestizos. A esto hay que añadir una extendida mentalidad fatalista popular, que proclama: comamos y bebamos; bailemos y cantemos que mañana moriremos.

Cuba en los años 50, era el país más moderno y desarrollado de Latinoamérica y Venezuela lo mismo en los años 70. Ambos sufrieron sucesivamente de una virulenta peste Castrista y Chavista y terminan siendo hoy los países más pobres y miserables del planeta.

Si verdaderamente quisiéramos ver las consecuencias del comunismo y populismo para informarnos y decidir nuestro voto en septiembre, es fácil revisar en el celular de cómo vive la gente en Cuba, en Venezuela y las penurias de los millones de migrantes que escaparon de su patria y pasan las de Caín en países extranjeros, huyendo de la opresión y la miseria fruto del Castrochavismo.

Cada cual decide su destino pero debemos ser responsables, pues cuando nos infectamos de populismo, infectamos a la familia y a los vecinos.

Cuidémonos y votemos por la democracia, que es el menos malo de los sistemas.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com